¡Oh!
Dulcísimo Niño Jesús de la Salud, que por tu milagrosa imagen quieres inculcar en
las almas la devoción a tu Sagrada Infancia, a tus pies me postro, arrepentido
de mis faltas, me pesa de todo corazón haberte ofendido, me propongo, ayudado
de tu Divina Gracia, no volver a disgustarte, mas con pecado mortal alguno.
Amén.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en
el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en tentación,
líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está
contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio,
ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.
Jesús,
Niño compasivo y misericordioso, escucha mis quejas y remedia mis aflicciones, esperanza
dulcísima de los que sufren, a tu Sagrado Corazón confío mis penas.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en
el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en tentación,
líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está
contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio,
ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.
Segurísimo
asilo de los menesterosos, a tus Divinos Pies derramo las amargas lágrimas de
mi corazón atribulado.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en
el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en tentación,
líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está
contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio,
ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.
Universal
consolador que escoges con incansable misericordia a todos los que te ofenden, Señor,
a todos los pecadores que a ti acudimos, escúchanos, ten piedad. Salud de
nuestras almas médico incomparable, no desprecies mis súplicas y concédeme la
gracia que te pido por Cristo Nuestro Señor, Amén.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en
el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en tentación,
líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está
contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la
hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio,
ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.
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