lunes, 27 de agosto de 2018

Rosario al Divino Niño Jesús

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Divino Niño Jesús confiados inmensamente en Ti y por los méritos de tu divina infancia venimos a ofrecerte este Santo Rosario por: (mencionar aquí la intención, petición o necesidad que se quiere pedir).


Invoquemos todos al espíritu Santo:

Santísimo espíritu amado de mi alma, te adoramos, ilumínanos, fortalécenos, guíanos, confórtanos, consuélanos. Prometemos de corazón, someternos a todo lo que deseas para nuestro bien y permite que se realicen tus deseos en nosotros. Danos a conocer tu voluntad, dinos lo que debemos hacer para que lo cumplamos. Santísimo espíritu derrama la paz, en el mundo.

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser tu quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, no ofenderte, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que me perdonaras, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me darás gracia para enmendarme, y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, vénganos tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en tentación, líbranos del mal. Amén.

María, Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal.

Por el poder que te concedió el Padre Eterno haciéndote la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también asísteme en la tierra para fortificarme y apartarme de mi toda potestad enemiga.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Oh María!, por tu Inmaculada Concepción, purifica nuestro cuerpo y santifica nuestra alma.

Por la sabiduría que te concedió el Hijo asístenos en el trance de la muerte para llenar nuestra alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas del error y la ignorancia.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Oh María!, por tu Inmaculada Concepción, purifica nuestro cuerpo y santifica nuestra alma.

Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo haciéndote tan amable que después de Dios eres la más dulce y misericordiosa, asístenos en la muerte llenando nuestra alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para nosotros en delicias.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Oh María!, por tu Inmaculada Concepción, purifica nuestro cuerpo y santifica nuestra alma.

Gloria al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.


PRIMER MISTERIO: LA ENCARNACIÓN DEL NIÑO JESÚS.

El ángel anuncia a María que va a ser madre del hijo de Dios.

Niño amable de mi vida, consuelo de los cristianos, la gracia que necesito pongo en tus benditas manos.

Divino Niño Jesús, por los méritos de tu encarnación en las purísimas entrañas de María Santísima te pedimos, nos ayudes a llevar una vida Santa llena de paz, de alegría y de buenas obras. Te rogamos Divino Niño Jesús.

Jesús mío, mi amo, mi hermoso niño, te proclamamos nuestro salvador y nuestro amigo.

En las 12 cuentas rosadas:

Divino niño Jesús, por los méritos de tu infancia, escucha nuestra oración.

Al final de la docena:

Oh Dios padre, hijo y espíritu santo, en ti creo, en ti espero, en ti confió siempre.

Divino Niño Jesús, en Ti confío.




SEGUNDO MISTERIO: LA VISITA A SANTA ISABEL

Por los caminos de Judea va la Virgen María a visitar a su prima Isabel quien se pone feliz y su hijo Juan en su vientre saltó de gozo.

Tú qué sabes nuestros pesares pues todos te los confió, da la paz a los turbados y alivio al corazón mío.

Divino Niño Jesús, por los méritos de la visitación de María, te pedimos que visites con tu santa madre nuestros hogares y que te quedes con nosotros, para que en ellos reine la paz y el amor. Te rogamos Divino Niño Jesús.

En la cuenta blanca, al inicio de cada docena:

Jesús mío, mi amo, mi hermoso niño, te proclamamos nuestro salvador y nuestro amigo.

En las 12 cuentas rosadas:

Divino niño Jesús, por los méritos de tu infancia, escucha nuestra oración.

Al final de la docena:

Oh Dios padre, hijo y espíritu santo, en ti creo, en ti espero, en ti confió siempre.

Divino Niño Jesús, en Ti confío.



TERCER MISTERIO: LA NATIVIDAD DEL NIÑO JESÚS

En Belén ha nacido el Niño Jesús. María y José lo cuidan con amor; Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios.

Aunque tu amor no merezco, no recurriré a ti en vano, pues eres hijo de Dios y alivio de los cristianos.

Divino Niño Jesús, por los méritos de tu nacimiento en el establo de Belén, te pedimos por todos los Niños que son privados de la vida por el aborto, acógelos en tu gran misericordia. Te rogamos Divino Niño Jesús.

En la cuenta blanca, al inicio de cada docena:

Jesús mío, mi amo, mi hermoso niño, te proclamamos nuestro salvador y nuestro amigo.

En las 12 cuentas rosadas:

Divino niño Jesús, por los méritos de tu infancia, escucha nuestra oración.

Al final de la docena:

Oh Dios padre, hijo y espíritu santo, en ti creo, en ti espero, en ti confió siempre.

Divino Niño Jesús, en Ti confío.



CUARTO MISTERIO: LA PRESENTACIÓN DEL DIVINO NIÑO JESÚS.

José y María llevan al niño a presentarlo a su Señor, entran al templo, Jesús sonríe, le sonríe al anciano Simeón.

Acuérdate de mí, Niño Jesús Santo, que jamás se ha podido decir que algunos te hayan implorado, sin tu ayuda recibir.

Divino Niño Jesús, por los méritos de tu presentación en el templo te pedimos, para que José y María nos pongan en el sagrario como pertenencia tuya para siempre. Te rogamos Divino Niño Jesús.

En la cuenta blanca, al inicio de cada docena:

Jesús mío, mi amo, mi hermoso niño, te proclamamos nuestro salvador y nuestro amigo.

En las 12 cuentas rosadas:

Divino niño Jesús, por los méritos de tu infancia, escucha nuestra oración.

Al final de la docena:

Oh Dios padre, hijo y espíritu santo, en ti creo, en ti espero, en ti confió siempre.

Divino Niño Jesús, en Ti confío.



QUINTO MISTERIO: PERDIDA Y HALLAZGO DEL NIÑO JESÚS.

El niño Jesús se pierde en medio de tanta gente. María y José lo buscan durante tres días y lo encuentran en el templo, con los maestros y doctores de la ley.

Por eso, con fe y confianza, humildes y arrepentidos, llenos de amor y confianza, tu amor pedimos.

Divino Niño Jesús, por los méritos de tu hallazgo con los maestros y doctores de la ley, te pedimos por los padres de la familia, para que cuiden de sus hijos, les den enseñanza bíblica y sepan guiarlos por el buen camino. Te rogamos Divino Niño Jesús.

En la cuenta blanca, al inicio de cada docena:

Jesús mío, mi amo, mi hermoso niño, te proclamamos nuestro salvador y nuestro amigo.

En las 12 cuentas rosadas:

Divino niño Jesús, por los méritos de tu infancia, escucha nuestra oración.

Al final de la docena:

Oh Dios padre, hijo y espíritu santo, en ti creo, en ti espero, en ti confió siempre.

Divino Niño Jesús, en Ti confío.



LETANÍAS AL DIVINO NIÑO JESÚS

Divino Niño Jesús, Verbo del Padre Eterno, conviértenos.
Hijo de María, tómanos como hijo tuyo.
Maestro mío, enséñanos.
Príncipe de la Paz, danos la paz.
Refugio mío, recíbenos.
Pastor mío, alimenta nuestra Alma.
Modelo de paciencia, consuélanos.
Manso y Humilde de corazón, ayúdanos a ser como tú.
Redentor mío, sálvanos.
Mi Dios y mi todo, dirígenos.
Verdad eterna, instrúyenos.
Apoyo mío, danos fuerzas.
Mi justicia, justifícanos.
Mediador mío con el Padre, reconcílianos.
Medico de mi Alma, cúranos.
Juez mío, perdónanos.
Rey mío, gobiérnanos.
Santificación mía, santifícanos.
Pozo de bondad, perdónanos.
Pan vivo del cielo, nútrenos.
Padre del pródigo, recíbenos.
Jubilo de mi Alma, sé nuestra única felicidad.
Ayuda mía, asístenos.
Imán de amor, atráenos.
Protector mío, defiéndenos.
Esperanza mía, sostennos.
Objeto de mi amor, únenos a ti.
Fuente de mi vida, refréscanos.
Mi Divina Victima, redímenos.
Mi último fin, déjanos poseerte.
Mi Gloria, glorifícanos.

DIVINO NIÑO JESÚS, EN TI CONFIO. 
DIVINO NIÑO JESÚS, BENDÍCENOS.


SÚPLICAS PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Oh Dios mío, que te dignaste constituir a tu Unigénito Hijo Salvador del género humano, y ordenaste que se llamara Jesús, concédenos que, los que veneramos su Santo Nombre en la Tierra, gocemos de su presencia en los cielos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

En nuestras dificultades: AYUDANOS
De los enemigos del alma: SALVANOS
En nuestros desaciertos: ILUMINANOS
En nuestras dudas y penas: CONFORTANOS
En nuestras soledades: ACOMPAÑANOS
En nuestras enfermedades: FORTALECENOS
Cuando nos desprecien: ANIMANOS
En las tentaciones: DEFIENDENOS
En las horas difíciles: CONSUELANOS
Con tu corazón paternal: AMANOS
Con tu inmenso poder: PROTEGENOS
Y en tus brazos al expirar: RECIBENOS. AMEN



ORACIONES AL DIVINO NIÑO JESÚS

Acuérdate ¡Oh dulcísimo niño Jesús que has dicho! “lo que quieran pedir, pídanlo por los méritos de mi infancia, y nada les será negado. Si quieres agradarme confíen en mí, si quieren agradarme más, confíen más, si quieren agradarme inmensamente, confíen inmensamente en mí.” Por los méritos de tu infancia ayúdanos a llevar una vida Santa, perdona nuestras culpas, líbranos de los castigos que nos merecemos, por nuestros pecados y de todos los peligros para el alma y el cuerpo, concédenos aquellos favores que estamos necesitando y después de una vida llena, de paz, alegría y de buenas obras, llévanos a la gloria del paraíso, donde con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amen.

Adorable Niño Jesús, mi único tesoro, dígnate, dulce Bien mío, derramar sobre mi corazón, con la unción de tu gracia, la dulzura y bondad de tus sentimientos divinos, y por los méritos infinitos de tu Santa Infancia, regálame la gracia de un día contemplar tu hermoso Rostro en el cielo. Amén.

Jesús, José y María: bendice nuestros hogares
Jesús, José y María: líbranos de todo mal
Jesús, José y María: salva nuestras almas. Amen.

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, Padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, La Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.



Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén

Para mostrar nuestra inmensa confianza en el Divino Niño Jesús digamos por los 12 años de su divina infancia:

Divino Niño Jesús, en Ti confío. (12 veces)

Gloria al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.


ALABANZA AL DIVINO NIÑO JESÚS 

Niño lindo y amoroso de belleza sin igual, eres bello, primoroso y yo te vengo a adorar. El candor de tu mirada inunda con puro amor, me reboza la esperanza y aleja todo temor. Niño, Pastorcito mío de sonrisa angelical, solo en Ti yo confío para librarme del mal. Déjame besarte todo y ofrecerte lo que soy, alma y vida yo te entrego a ti mi Rey y Señor. Divino Niño Jesús, dulce, tierno e inocente, te pido, me confortes con Tu amor ahora y siempre.

2 comentarios:

  1. Buenos Dias Padre Luis Toro. Me gustaria hablar contigo por videocamara. Tengo preguntas que me abgustian mucho. Estudio la biblia todos los dias. Y veo tus videos. Tengo la inquietud en mi. Y necessito respuestas. Mi correo electronico es. jennifer_perez_5@hotmail.com
    Saludos de Jennifer Esmeralda

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  2. Buenas tardes, no soy el padre Luis Toro, sólo soy un laico que ha decidido compartir lo poco o mucho que conoce acerca de nuestra fe, para ayudar a otros hermanos a edificarse. El Padre Luis no participa en este blog, sólo me limité a escribir la oración que él reza antes de sus enseñanzas.

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