Dios nos invita a la conversión, nosotros debemos darnos cuenta de su grandeza y preguntarnos cuánto tiempo hemos tardado para poder entenderlo, para regresar al camino hacia la conversión, cuánto nos hace falta para llegar a ella, cuántas veces el Señor nos ha llamado a convertirnos pero seguimos por un camino distinto al que Él nos presenta.
Al Señor solamente le basta una palabra para sanarnos, para convertirnos, pues el camino de Dios siempre está cerca de nosotros, pero no nos damos cunta de eso.
Debemos cumplir su voluntad, hacer el bien, buscar la paz, adorar a Dios; es el camino a la conversión, se ve muy claro y sin embargo es difícil de cumplir. Para lograrlo hay que permitir que el Señor ponga en nuestro pensamiento lo que debemos hacer.
Hagamos que el arrepentimiento y la conversión llegue a nuestras vidas, para cumplir su voluntad y lograra también la conversión del prójimo, pues Dios llama a trabajadores para seguir edificando su reino.
Que el Señor conceda en cada uno de nosotros la gracia de saber escucharlo y poder responder con un corazón arrepentido y alcanzar la salvación.
Salmo 24: Descúbrenos Señor tus caminos.
Jonás 3: 1-5, 10.
I Corintios 7: 29-31.
Marcos 1: 14-20.