sábado, 4 de abril de 2020

Padre Nuestro

La oración perfecta, enseñada desde los labios de Nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos y para todos los Cristianos, que formamos parte de su Santa Iglesia. 
 

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.


Pater noster, qui es in caelis:
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua, sicut in caelo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amén.


Padre Nuestro en la Biblia

Esta oración es considerada como la oración cristiana común por excelencia, la oración perfectam enseñana por el mismo Jesucristo a sus apóstoles, cuyo texto aparece en los Evangelios de San Mateo (Mt. 6,9-15) y San Lucas (Lc. 11,1-4).


El fondo de ambos relatos sobre este pasaje bíblico plasmado en los dos Evangelios es el mismo: Jesús enseña a su gente cuál es la forma correcta de dirigirse a Dios. Sin embargo, existen algunas diferencias entre los relatos escritos de ambos evangelios, posiblemente debido a la transmisión oral de la tradición:
  • En el Evangelio de San Lucas se narra que uno de los discípulos le pidió a Cristo que les enseñara a orar después de que Jesús mismo terminó de orar en solitario, mientras que en el Evangelio de San Mateo no aparece la petición del discípulo, sino que el propio Jesús tuvo la iniciativa de enseñarles a orar con el Padre Nuestro. Mateo la desarrolla de manera más extensa y profunda.
  • El relato de Mateo sobre el Padre Nuestro resulta más apasionado, puesto que en él Jesús está sobre una montaña rodeado de una muchedumbre ansiosa por escuchar sus palabras; en el relato de Lucas, en cambio, un Jesús más espiritual, orando en solitario, causa la admiración de un discípulo, quien espera pacientemente a que termine su oración para pedirle que le enseñe a orar.
  • La invocación en San Lucas se inicia llamando a Dios solamente como Padre y en San Mateo la invocación inicia con Padre Nuestro que estás en el Cielo.
  • En San Lucas no aparece la petición Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.
  • En San Lucas no se menciona la petición líbranos del mal.

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