domingo, 24 de septiembre de 2017

Los últimos serán los primeros

Escuchamos decir "Busquen al Señor", es una invitación a encontrarnos con Él siempre, pero en especial los domingos es cuando nos congregamos y nos alimentamos de su palabra.

En una parábola Jesús nos expone el Reino como una viña cuyo propietario busca y llama a diferentes horas, de manera insistente, buscando al necesitado para que trabaje sus tierras a cambio de un Denario, algunos, los que llegaron primero, cumplen una jornada de trabajo competa, mientras que otros, los últimos en llegar, apenas trabajan unas horas, pero al final todos reciben el mismo pago, causando la molestia de los primeros. Sin embargo el propietario aclara que no ha cometido injustcia pues les ha pagado lo que ha prometido. Y Jesús finaliza diciendo "Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros".

Jesús nos invita a cambiar de mentalidad, cambiar nuestra actitud, dejar de vivir haciendo cáclculos y tanteos, crecer en generosidad y trabajar por su reino, pues vivimos en una sociedad llena de cálculos, en un mundo social acostumbrado a medir, donde todo cuesta, nada es gratis, todo se vende o se compra, pero no se da.

El Reino de Dios no es una casa, no es un lugar, sino que es Dios mismo, el Reino es Dios, alguien que nos llama a estar con Él, a vivir con Él, a trabajar unidos por Él, para construir un mundo mejor, donde todos estemos por igual, no unos adelante de otros. Dios es el propietario de esa viña a la que llamamos su Reino y todos somos llamados para trabajar en ella, y al final, recibimos el mismo pago, sin importar quién halla estado primero.

En el Reino está presente la Justicia y la Misericordia de Dios, siempre y eternamente, así como en la parábola hubo justicia al respetar el pago acordado y misericordia al dar trabajo a quien lo necesitaba, pues Dios nos entrega su amor a todos por igual, sin importar quién halla llegado primero, pues este Reino no es una competencia para ver quién llega primero, es servicio, apertura, solidaridad con todos, comunidad y confianza.

Y ése es el camino que todos estamos llamados a hacer, equilibrar la Justicia y la Misericordia; somos invitados a vivir el Reino de los Cielos aquí y ahora, a construirlo, a consolidarlo, en nosotros mismos y en familia, siendo respetuosos, responsables, y así encontrar nuestro "Denario" al terminar nuestras labores al final el día, nuestra recompensa que es la presencia de Dios.

Sin embargo, a veces vemos mal que todos recibamos el mismo bien. Pero debemos tener en cuenta que Dios es bueno y misericordioso con todos por igual, sin distinciones, su amor es infinito y eterno. Nosotros somos el reflejo de Dios y debemos transmitir su paz, debemos reflexionar la Bondad del Señor pues somos reflejo de ella.

Pidamos al Señor que nos de un corazón compasivo y misericordioso para vivir su reino aquí y ahora.

Isaías 55; 6-9.
Salmo 145 (144); 1-3, 8-9, 17-18. Bendeciré al Señor eternamente.
Filipenses 1; 20-24, 27.
Mateo 20;1-16.


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