domingo, 27 de septiembre de 2020

San Vicente de Paul

San Vicente Paúl, presbítero y fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad, que lleno de espíritu sacerdotal y entregado en París al servicio de los pobres, veía el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac, fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad (1660).

Fue beatificado por el Papa Benedicto XIII el 13 de agosto de 1729, y fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737.

HUYENDO

Se pasó la vida rehuyendo su condición de aldeano pobre, y el programa de Dios tendrá que retrasar su desenlace tras muchas noches oscuras de Vicente. Como Santa Teresa, que hizo un matrimonio de conveniencia con Dios, cuya noche de bodas y luna de miel se retrasó 25 años, hasta florecer es una espléndida manifestación mística. ¿Podemos ver ahí un signo de la vocación errada? No. Es una realidad de un cambio de rumbo de la persona, a quien le tuercen sus planes propios a través de purificaciones, acontecimientos, circunstancias, realidad de las cosas y desengaños, Vicente lo que no quería es seguir siendo lo que era su padre, campesino. Se avergonzaba de serlo y también de su padre, vestido pobremente y con un defecto físico que le hacía cojear. Tanto se avergonzaba que, cuando ya estudiaba en el colegio de los franciscanos, conseguido por su padre, y reciba la visita de su padre, no saldrá a recibirlo. Pretende el sacerdocio tratando de escalar puestos. Hasta desea ser obispo. Ni idea de lo que es ser sacerdote: "Si yo hubiera sabido, como lo he sabido después, lo que era el sacerdocio, cuando cometí la temeridad de aceptarlo, habría preferido dedicarme a trabajar la tierra antes de ingresar en un estado tan temible," escribirá mas tarde..Había nacido el 2 de abril de 1581, en Ranquine, en el Suroeste de Francia. Su padre es un campesino, Juan de Paúl, que desde muy joven se vio obligado a trabajar. Vicente también, se encargaba de las ovejas, las vacas, los cerdos, descalzo y con comida pobre

Chiquillo despierto, fue enviado por su padre al colegio de los franciscanos de Dax, ciudad próspera, de amplias calles y bellas mansiones. Vicente estudia a gusto, pero siempre con el fin de abandonar la vida rural. Después de cuatro años de estudios en Dax, se va a Toulose, cuando acababa de morir su padre. Tiene 17 años, ha recibido ya la tonsura y las órdenes menores. Aunque su padre le deja parte de la herencia para pagar sus estudios, él la rechaza; pues quiere valerse por si mismo.

QUIERE ASCENDER

Enseña humanidades en el colegio de Buzet y simultaneando con sus estudios de Teología. Recibe el subdiaconado y el diaconado, y el 23 de Septiembre de 1600, es ordenado sacerdote. El obispo de Dax le ofrece una parroquia, pero prefiere seguir sus estudios; apunta más alto: quiere ser obispo. En 1604 obtiene el doctorado en Teología. Se dirige a Burdeos y a Marsella, donde una anciana de Toulose le ha dejado una herencia de 400 escudos, que están en manos de un deudor, a quien persigue hasta Marsella, donde consigue recuperar 300 escudos, y regresar a Toulose. Embarca para Narbona, es atacado por los turcos y cae prisionero. Vendido como esclavo en Túnez, a un pescador, un médico, su sobrino y, a un cristiano renegado, a quien convirtió y se escapó a Roma. Luego fue a París, donde encontró a Pierre de Bérulle, en el hospital de la Caridad. Bérulle era cura y fundador de un grupo de sacerdotes espirituales. El clero había salido en un estado lamentable de las guerras; los decretos del Concilio de Trento sobre la formación de los sacerdotes no se cumplían. Muchos obispos vivían como grandes señores, alejados de sus diócesis.

SE ESTA ABRIENDO PASO UN NUEVO MOVIMIENTO

En Italia, Felipe Neri ha fundado la congregación del Oratorio, que, como los Oblatos fundados en Milán por Carlos Borromeo, desean vivir un sacerdocio fervoroso. Bérulle trata de convencer a Francisco de Sales para que funde el Oratorio en Francia, pero no lo consigue, aunque, a instancias del Arzobispo de París, Henri de Gondi, fundará en 1611 el Oratorio de París, una "congregación de sacerdotes que practicarán la pobreza, con voto de no pretender beneficio o dignidad, contra la ambición, y el de dedicarse al sacerdocio, contra la inútil inactividad.

VICENTE NOMBRADO PÁRROCO DE CLICHY

Bérulle deseaba que Vicente ingresara en el Oratorio, pero no acepta. Sí en cambio reemplaza a un sacerdote que ingresa en el Oratorio; y acepta su parroquia de "Clichy la Garenne". de 600 habitantes, habitada sobre todo por hortelanos y llega a encontrarse a gusto Allí enseña el catecismo, repara el mobiliario de la Iglesia, cuando después de doce años que es sacerdote, es la primera vez que ejerce un ministerio sacerdotal.

Bérulle consigue que lo nombren preceptor de la familia de Phillipe de Gondi, sobrino del Arzobispo de París. Vicente llega a ese destino en Septiembre de 1613 y escribe a un amigo: "Me alejé con pena de mi pequeña iglesia de Clichy". Da cursos y lecciones a los niños y lleva una vida palaciega en Montmirail, en Joigny, en París, en Folleville... Ya podía darse por contento. Pero no era feliz. No había llegado la hora de Dios. Espera. Compás de espera. Soledad, noche, tristeza, desamparo. Durante los viajes de Gondi, vuelve a entrar en contacto con los campesinos y con las pobres gentes que viven en los dominios de la noble familia. Y se da cuenta de que el Evangelio exige la caridad radical.

DIOS DA EL VUELCO A SU ALMA

Visita a un moribundo en Gannes, cerca del palacio de los Gondi; aquel hombre, que tenía fama de ser un hombre de bien, reveló a Vicente unos pecados que jamás se había atrevido a confesar a su párroco. El moribundo experimentaba una extrema soledad moral, padecía la noche, el frío y la imposibilidad de hablar con Dios; estaba cerca de la muerte sin haber encontrado una mirada sacerdotal bastante dulce y bastante humana para poder salir de sí mismo y atreverse a creer en la ternura de Dios. He ahí la vocación de Vicente: la ternura. Su corazón ha sido tocado. Dios ha llegado ya. El matrimonio de Teresa de Jesús ha entrado en su meta florida. Vicente, tocado ya por Dios, que no le había abandonado en su dura trayectoria de desierto, le cambia el corazón y el que no quería ir a los campos de su aldea, quiere ahora ir a los campos mas lejanos a expresar a todos los que se sienten perdidos que existe un Dios de ternura que no les ha olvidado. Quiere ser testimonio de ese amor divino. Estar presente con la ternura de Dios. Queda impresionado y el 25 de enero predicó en Folleville, cerca de Amiens, y propuso a todos los fieles de Folleville la idea de hacer venir a algunos sacerdotes con quienes puedan hacer una confesión general de toda su vida. Este sermón fue el origen de la "Congregación de la Misión", instituida para predicar misiones populares y trabajar en la formación del clero de Francia y en otros países. A los sacerdotes y hermanos de la Congregación de la Misión se les conoce en Francia como "Lazaristas" por San Lázaro, su casa madre.

Después el año 1617, en Chatillón-les-Domes, San Vicente palpa la miseria material de los campesinos: "Mientras me revestía para celebrar la Misa, vinieron a decirme... que en una casa apartada, estaban todos enfermos, y no había una sola persona que les pudiera atender. Esto me ocasionó una tremenda impresión."A la llamada de Vicente acuden todos los feligreses en ayuda de esa familia. Pero, para Vicente, este movimiento espontáneo no es bastante, porque corre el peligro de no tener continuidad: "Una enorme caridad, sí; pero mal organizada".

FUNDACIÓN DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD

Vicente estudia la situación y el 23 de agosto, lee ante unas cuantas mujeres cuyo corazón ha quedado tocado, igual que el suyo por aquella miseria, un texto que es todo un programa de ayuda a los enfermos, que servirá de modelo a todos los posteriores textos fundacionales de las Hermandades de Caridad. Las Cofradías se multiplicaron; hoy en algunos países se les llama "equipos de San Vicente". Más tarde serán fundadas las Hijas de la Caridad con la co-fundadora Luisa de Marillac

Vicente no quiere permanecer por más tiempo con los Gondi y se lo dice a Bérulle en mayo de 1617. Se traslada a una pequeña parroquia entre Lyon y Ginebra, en al región de Bresse: Chatillon-des-Dombes, como párroco. El que se pasó la vida huyendo de su origen y su destino, se dedica gozoso a lo que venía escapando desde su juventud. Ya encontró su camino: La vocación de la ternura. Vicente, tras un año decisivo, ha encontrado su camino, el camino de la compasión y la ternura con los más abandonados y utiliza su puesto como base de operaciones, para establecer sus pequeñas asociaciones de caridad.


jueves, 24 de septiembre de 2020

Nuestra Señora de la Merced

Patrona de Barcelona y de República Dominicana, en castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación.

El significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de asemejarnos a Jesús misericordioso.

María y Pedro Nolasco

Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos como esclavos a África. La horrenda condición de estas víctimas era indescriptible. Muchos perdían la fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar su fortuna a la liberación del mayor número posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenéis vuestra fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenad en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe" (Mt 6,20).

Año 1203. El laico, Pedro Nolasco inicia en Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman cofradías-para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota y Pedro Nolasco se plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en una etapa de reflexión y oración profunda.

La respuesta de la Santísima Virgen

Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde la Virgen que funde una congregación liberadora. La noche del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen se les apareció a Pedro Nolasco, a Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a cada uno su deseo de fundar una congregación para redimir cautivos. La Virgen María movió el corazón de Pedro Nolasco para formalizar el trabajo que el y sus compañeros estaban ya haciendo. La Virgen llama a Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación de los cautivos de los musulmanes, expuestos a perder la fe. Nolasco le dice a María:

-¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?:

-“Yo soy María, la que le dio la carne al Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy la que recibió la profecía de Simeón, cuando ofrecí a mi Hijo en el templo:”Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma”:

-¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?:

-“No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde esta congregación en honor mío; será una familia cuyos hermanos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel y serán signo de contradicción para muchos."

La institución nueva

Pedro Nolasco, funda la congregación, apoyado por el Rey Jaime I de Aragón, el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús, el liberador de la humanidad y en la Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. En el capítulo general de 1272, los frailes toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".

En la Catedral de Barcelona

El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora de la congregación mercedaria.

La Virgen de la Merced, la Fundadora

El título mariano de la Merced tiene su origen en Barcelona, España, cuando muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder la fe . La Virgen de La Merced, manifiesta su misericordia por para atenderlos y liberarlos. La talla de la imagen de la Merced venerada en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. He subido piadosamente a su camarín y he comprobado su aspecto imponente por su talla extraordinaria e impresionante. El año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia el 24 de septiembre.

Actualidad del carisma

El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre. María ofreció todo su ser para que viva el Hijo de Dios encarnado. En el cántico del Magníficat (Lc 1, 46), María expresa la liberación de Dios. El Papa Juan Pablo II dijo que "María es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad". La Virgen continúa velando por sus hijos cautivos de Satanás (LG 62) y nos pide nuestra cooperación. Nosotros debemos dar nuestra vida para que su Hijo viva en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos. Ella nos enseñará como hacerlo.

Dios Padre de Misericordia y María Madre de Misericordia

Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo todo por amor. "Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados, las entrañas de la Madre de Dios" - Las obras de misericordia que la Virgen pidió incluyen la visita, el acompañamiento y la ayuda a los que salen de la cárcel.

Una congregación laical

Así fue en los primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real. en Barcelona. Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para liberarlos. Salían cada año en expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos cristianos. En Argelia, África, lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos.

Cuarto voto

Además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto: dedicar su vida a liberar esclavos. Se comprometían a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, cuando el dinero no alcanzara a pagar su redención. Así lo hizo San Pedro Ermengol, un noble que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios. El Papa Gregorio IX aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General. El rey Jaime decía que la conquista de Valencia, se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Cada triunfo que obtenía lo atribuía a sus oraciones.

Descansa ya siervo bueno y fiel

Pedro Nolasco, a los 77 años, pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". y se durmió en el regazo de la Virgen. Su intercesión logró muchos milagros y fue canonizado en 1628.

En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre.



miércoles, 23 de septiembre de 2020

San Pío de Pietrelcina

San Pío de Pietrelcina, conocido popularmente como Padre Pío, sacerdote y religioso, hombre de oración y sufrimiento presbítero de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, que en el convento de San Giovanni Rotondo, en Apulia, se dedicó a la dirección espiritual de los fieles y a la reconciliación de los penitentes, mostrando una atención particular hacia los pobres y necesitados, terminando en este día su peregrinación terrena y configurándose con Cristo crucificado (1968). Nacido como Francesco Forgione, le fue dado el nombre de Pío cuando ingresó en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, en honor a San Pío V. Fue beatificado en 1999 y canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II.

"Siempre humíllense amorosamente ante Dios y ante los hombres. Porque Dios le habla a aquellos que son verdaderamente humildes de corazón, y los enriquece con grandes dones."San Giovanni Rotondo, Italia.

"Siempre humíllense amorosamente ante Dios y ante los hombres. Porque Dios le habla a aquellos que son verdaderamente humildes de corazón, y los enriquece con grandes dones."San Giovanni Rotondo, Italia.

En un convento de la Hermandad de los Capuchinos, en la ladera del monte Gargano, vivió por muchísimos años el que probablemente fuera el Sacerdote Místico más destacado del siglo XX, a punto actualmente de ser declarado Santo por el Vaticano. El Padre Pío fue un hombre rico en manifestaciones de su santidad. Enorme cantidad de milagros rodearon su vida, testimoniados por miles de personas que durante décadas concurrieron allí a confesarse. Sus Misas, a decir de los concurrentes, recordaban en forma vívida el Sacrificio y Muerte del Señor a través de la entrega con que el Padre Pío celebraba cada Eucaristía.

Desde niño, Francesco (Padre Pío) estuvo marcado por la fe en Nuestro Señor Jesucristo. A los cinco años tuvo una visión en la que Crsito se le presentó como el Sagrado Corazón de Jesús. El mismo Jesús posó su mano sobre la cabeza del pequeño Pío. El niño, en respuesta, le prometió al Señor que sería su servidor, siguiendo los pasos de San Francisco de Asís. Desde entonces, Pío tuvo una vida marcada por una estrechísima relación con Jesús y con su Madre, la Virgen María, quien se le apareció en numerosas oportunidades a lo largo de su vida.

Cumplidos los 15 años, Pío se presenta para ser admitido como franciscano en Morcone. Eran años muy intensos, marcados por repetidas visiones del Señor, en las que le mostraba las luchas que tendría que librar contra el demonio el resto de su vida.

El 10 de agosto de 1910, Pío es ordenado sacerdote. Poco tiempo después enfermó de fiebres y dolores muy fuertes, lo que obligó a sus superiores a enviarlo a Pietrelcina para que se recupere. Años más tarde, en 1916, Pío llega al Monasterio de San Giovanni Rotondo. El Padre Provincial, al ver que su salud había mejorado, le manda permanecer en ese convento, tras cuyas paredes recibió la gracia de los estigmas.

“Era la mañana del 20 de septiembre de 1918. Yo estaba en el coro haciendo la oración de acción de gracias de la Misa… se me apareció Cristo que sangraba por todas partes. De su cuerpo llagado salían rayos de luz que más bien parecían flechas que me herían los pies, las manos y el costado”, describió San Pío a su director espiritual.

“Cuando volví en mí, me encontré en el suelo y llagado. Las manos, los pies y el costado me sangraban y me dolían hasta hacerme perder todas las fuerzas para levantarme. Me sentía morir, y hubiera muerto si el Señor no hubiera venido a sostenerme el corazón que sentía palpitar fuertemente en mi pecho. A gatas me arrastré hasta la celda. Me recosté y recé, miré otra vez mis llagas y lloré, elevando himnos de agradecimiento a Dios”, añadió.

El Padre Pío fue un hombre preocupado por los más necesitados. El 9 de enero de 1940 convenció a sus grandes amigos espirituales de fundar un hospital para curar los “cuerpos y también las almas” de la gente necesitada de su región. El proyecto tomó algunos años, pero finalmente se inauguró el 5 de mayo de 1956 con el nombre de “Casa Alivio del Sufrimiento”.


Es notable su carisma de bilocación: la capacidad de estar presente en dos lugares al mismo tiempo, a miles de kilómetros de distancia muchas veces. El Padre Pío raramente abandonó San Giovanni Rotondo; sin embargo, se lo ha visto y testimoniado curando almas y cuerpos en diversos lugares del mundo en distintas épocas. 


También tenía el don de ver las almas: confesarse con el Padre Pío era desnudarse ante Dios, ya que él decía los pecados y relataba las conciencias a sus sorprendidos feligreses (a veces con gran dureza y enojo, ya que tenía un fuerte carácter, especialmente cuando se ofendía seriamente a Dios). Tenía también el don de la sanación (a través de sus manos Jesús curó a muchísima gente, tanto física como espiritualmente) y el don de la profecía (anticipó hechos que luego se cumplieron al pie de la letra).

Vivió rodeado de la Presencia de Jesús y María, pero también de Santos y Angeles, y de almas que buscaban su oración, para subir desde el Purgatorio al Cielo. Pero su gracia más grande radicó, sin duda alguna, en sus estigmas: en 1918 recibe las cinco Llagas de Cristo en sus manos, en sus pies y en su costado izquierdo. Estas llagas sangraron toda su vida, aproximadamente una taza de té por día, hasta su muerte ocurrida un 23 de septiembre 1968, después de horas de agonía repitiendo con voz débil “¡Jesús, María!”. Múltiples estudios médicos y científicos se realizaron sobre sus Estigmas, no encontrándose nunca explicación alguna a su presencia u origen.

Su sangre y cuerpo emanaban un aroma celestial, a flores diversas, que acariciaba no solo a los asistentes a sus Misas, sino también a quienes se encontraban con él en otras ciudades del mundo, a través de sus dones de bilocación. Vivió sufriendo ataques del demonio, tanto físicos como espirituales, que se multiplicaron a medida que las conversiones y la fe crecían a su alrededor.

San Juan Pablo II tuvo una especial admiración por él, y no son pocos los que señalan que el Padre Pío, en confesión, le predijo que llegaría a ser Papa. De acuerdo a una carta enviada por el Pontífice a los frailes de San Giovanni Rotondo unos tres años antes de morir (2002), siendo un joven sacerdote, lo conoció y se confesó con él. El contenido de dicha carta solo se pudo hacer público -de acuerdo a la voluntad del Papa- luego de su muerte en 2005. En ella, Juan Pablo II llamaba al Padre Pío “generoso dispensador de la gracia divina, siempre a disposición de todos”. Lo describe, además, como alguien lleno de receptividad y sabiduría espiritual, especialmente en la dispensación del sacramento de la penitencia.

Así, es el mismo San Juan Pablo II quien confirma la razón por la que grandes multitudes de fieles acudían al Convento de San Giovanni Rotondo a buscar al Padre Pío. Como confesor, aparentemente, trató con dureza a los peregrinos, sin embargo, éstos siempre regresaban, conscientes de su grave pecado y genuinamente arrepentidos.

En diciembre de 2001 el Vaticano emite el decreto que aprueba los milagros necesarios para canonizar a nuestro héroe, San Pío de Pietrelcina y fué canonizado el 16 de julio de 2002. Durante la canonización de San Pío de Pietrelcina, San Juan Pablo II dijo de él: “Oración y caridad, esta es una síntesis sumamente concreta de la enseñanza del Padre Pío, que hoy vuelve a proponerse a todos”.

Vivimos en un mundo que niega lo sobrenatural, se aferra a lo material y a todo lo que pueda ser explicado a través de la razón, o percibido por los sentidos. Sin embargo, Dios prescinde de nuestra razón y de nuestros sentidos, a la hora de someternos a las pruebas de nuestra fe. De cuando en cuando nos prodiga con regalos del mundo sobrenatural, a través del testimonio y el acceso a la divinidad de los seres Celestiales. El Padre Pío es una puerta abierta a Cristo, a María, a los ángeles y los santos. Es también un testimonio de la pequeñez del ser humano y una invitación a creer y dejar de buscar explicación a los hechos de la Divina Providencia (la voluntad de Dios), sino simplemente a unir nuestra voluntad a la de Dios, y ser lisa y llanamente su instrumento, como el Padre Pío lo fue.

La vida entera del Padre Pío no puede ser explicada a través de la razón o la lógica humana. La fe y fuerza del Santo del Gargano dan por tierra con todas las escuelas filosóficas terrenales, dejando una sola salida a todo intento de crecimiento del hombre: el encuentro con el Dios eterno, el que nos mira desde lo alto y nos pide, por medio de Su infinita Misericordia, que nos entreguemos simplemente a Su Voluntad. La negación de nuestro yo (la muerte de nuestro ego), se constituye en la principal meta de nuestra evolución, porque SÓLO DIOS ES.

Debemos negarnos a nosotros mismos y vivir para y por Él. El Padre Pío vivió en la más absoluta humildad y negación de sí mismo, y miren los prodigios que Jesús hizo a través suyo.


lunes, 21 de septiembre de 2020

San Mateo

San Mateo, apóstol y evangelista, hijo de Alfeo, llamado antes Leví, que al ser invitado por Jesús para seguirle, dejó su oficio de publicano o recaudador de impuestos y, elegido entre los apóstoles, escribió un evangelio en que se proclama principalmente que Jesucristo es hijo de David, hijo de Abrahám, dando plenitud al Antiguo Testamento. Su nombre, Mateo, significa "regalo de Dios".

Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.

Como ejercía su oficio en Cafarnaúm, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".

Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo. San Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta con gusto.

Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y como allí se reunió la flor y nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"

Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas palabras estaba pensando en varios de nosotros.

Desde entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye sus sabios sermones y le colabora predicando y catequizando por los pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al gran profeta de Nazaret. Jesús lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a los cuales llamó apóstoles (o enviados, o embajadores) y en Pentecostés recibe el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y lo mismo hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.

En todo el mundo es conocido este santo, y lo será por siempre, a causa del maravilloso libo que él escribió: "El evangelio según San Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50 páginas, ha sido la delicia de predicadores y catequistas durante 20 siglos en todos los continentes. San Mateo en su evangelio (palabra que significa: "Buenas Noticias") copia sermones muy famosos de Jesús, como por ejemplo, El Sermón de la Montaña (el sermón más bello pronunciado en esta tierra), el sermón de las Parábolas, y el que les dijo a sus apóstoles cuando los iba mandar a su primera predicación. Narra milagros muy interesantes, y describe de manera impresionante la Pasión y Muerte de Jesús. Termina contando su resurrección gloriosa.

El fin del evangelio de San Mateo es probar que Jesucristo sí es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y por el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo, y por eso fue redactado en el idioma de ellos, el arameo.

Quizás no haya en el mundo otro libro que haya convertido más pecadores y que haya entusiasmado a más personas por Jesucristo y su doctrina, que el evangelio según San Mateo. 

A cada uno de los 4 evangelistas se les representa por medio de uno de los 4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan al Hijo del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza. El águila: los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia). A San Marcos se le representa con un león. A San Lucas con un toro (porque empieza su evangelio narrando el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el templo). A San Juan por medio del águila, porque este evangelio es el que más alto se ha elevado en sus pensamientos y escritos. 

Y a San Mateo lo representan teniendo al lado a un ángel en forma de hombre, porque su evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados de Jesús como hombre, y narrando la aparición de un ángel a San José.

Oraciones

Dios, que por la boca de tu bendito Hijo llamaste a Mateo del banco de los tributos, para que de publicano se convirtiese en apóstol y evangelista, danos gracia para renunciar a toda avaricia y desordenado deseo de riquezas y para seguir al mismo Jesucristo, tu Hijo, que en unidad del Espíritu Santo, vive y reina contigo eternamente. Amén.

Que San Mateo, gran evangelizador, le pida a Jesús que nos conceda un gran entusiasmo por leer, meditar y practicar siempre su santo evangelio. Amén.

 

sábado, 19 de septiembre de 2020

Niños Mártires de Tlaxcala

Cristobal, Antonio y Juan, los Niños Mártires de Tlaxcala (Protomártires del continente Americano), fueron los primeros laicos católicos americanos que sufrieron el martirio en defensa de la fe católica en el llamado "Nuevo Continente", dentro del territorio mexicano, entre los años 1527 y 1529, momento sumamente difícil cuando los frailes franciscanos y dominicos hacían su labor de evangelización. 

Estos 3 niños fueron de los primeros nativos evangelizados por los frailes franciscanos y dominicos inmediatamente después de la conquista, aunque no se sabe con exactitud su fecha de nacimiento, se sabe que Cristóbal murió en 1527 y Antonio y Juan en 1529.​ 

Con una fe total y muy firme, estos niños nos muestran que defender su causa es tenerle amor a Dios; como lo decía San Agustín “No es el sufrimiento, sino la causa, lo que hace auténticos mártires, el mártir no defiende su vida sino su causa que en su convicción religiosa, su fidelidad a Dios y a sus hermanos y esta se defiende muriendo”. 

Cristóbal

El primer niño, Cristóbal, nació en Atlihuetzia, Tlaxcala aproximadamente en 1515, fue el hijo mayor del noble Acxotécatl, y su primera esposa Tlapaxilotzin; Acxotécatl era el cacique principal, esto es, que después de los cuatro señores en jerarquía seguía él; tenía cuatro hijos, de los cuales Cristóbal era el hijo mayor y el predilecto. 

Cristóbal aprendía mucho de la doctrina cristiana al escuchar a los Frailes, quienes cariñosamente lo llamaban “Cristobalito”, fue bautizado y adiestrado en el catolicismo. 

Su misión era convertir a su padre, su madrasta y sus servidores en fieles creyentes, ya que en ese entonces aún se practicaba el culto a los antiguos dioses, sin embargo, su padre, quien se embriagaba constantemente, no aceptaba la conversión a la que le invitaba su hijo, así que Cristóbal, en su acto de fe, comenzó a tirar y romper los ídolos de su padre así como el pulque con que se emborrachaba su padre y sus vasallos; al ver esto, sus criados le dijeron a Acxotécatl el cual enojado decidió quitarle la vida, así que lo tomo de los cabellos, lo tiro al suelo y le dio crueles golpes, y con un palo grueso de encina le dio garrotazos por todo el cuerpo hasta fracturarle los brazos, piernas y las manos con que se defendía la cabeza, tanto que casi de todo el cuerpo corría sangre mientras Cristóbal invocaba a Dios diciendo:

“Dios mio, tened misericordia de mí, y si tú quieres que yo muera, moriré; y si tú quieres que viva, libradme de mi cruel padre.”

Viendo que el niño seguía vivo lo mando a arrojar a una hoguera, lo apuñaló y el niño, en su agonía, lo perdonó sabiendo que esto le daría la gloria eterna, le dijo a su padre: “No pienses que estoy enojado, porque yo estoy muy alegre, y sábete que me has hecho más honra de los que vale tu señorío”.

Éste fue considerado el primer testimonio de perdón en todo el continente.

Antonio y Juan

Antonio un niño de 12 años era heredero de Tizatlán, fue nieto del Señor Xicoténcatl, por lo tanto venia de una familia noble, por su parte, Juan era su vasallo y compañero de juegos, ya que ambos tenían la misma edad.

Dos años después del martirio de Cristóbal, llegó a Tlaxcala un Fraile llamado Fray Bernardino Minaya, con otro compañero, los cuales iban encaminados a la provincia de Huaxyacac (Oaxaca) y le pidieron a Fray Martín de Valencia para invitar a algunos niños o muchachos voluntarios para que les ayudaran en la misión evangelizadora. A esta petición de ofrecieron inmediatamente Antonio y su criado Juan (provenientes de Tizatlan, Tlaxcala), aunque ellos sabían que la tarea no era fácil en los pueblos del sur, aún así decidieron participar. 

Al llegar a Tepeyacac Fray Bernardino Minaya envió a los niños a buscar los ídolos por todas las casas y se los trajeran. Ellos conocían perfectamente el lugar y por ser niños, podían realizar tal empeño sin que peligrasen sus vidas. Para realizar la encomienda se alejaron un poco más de lo determinado a buscar si había más ídolos en otros pueblos.

Y es en Cuahutinchan, Puebla, cuando, entrando en una casa y destrozando los ídolos, fueron sorprendidos por dos hombres que, con unos leños de encina y sin decir palabra, descargaron su furia sobre el muchacho Juan. Al ver Antonio la crueldad con que aquellos ejecutaban a su criado, no huyó, sino que echó en el suelo unos ídolos que tenía, pero ya los dos hombres tenían muerto a Juan, y luego hicieron lo mismo con Antonio.

Nuevos Santos

Con el tiempo, ambas historias de los niños mártires se fueron compartiendo entre las poblaciones de Tlaxcala, la gente en su fervor católico ha puesto su fe en estos niños indígenas para pedir milagros, sobre todo cuando se trata de salud infantil.

Desde 1990 fueron beatificados por el papa Juan Pablo II en su segunda visita a México. Posteriormente el papa Benedicto en Guanajuato propuso que todos los niños debían seguir el ejemplo de los mártires.

En la Basílica de San Pedro en Roma, hace unos días (15 de Octubre 2017) el papa Francisco, ante unos 35 mil fieles (entre los cuales había un considerable número de fieles procedentes de Tlaxcala), aprobó el decreto de canonización a los Niños Mártires de Tlaxcala por profesar la fe cristiana católica. “Ellos no necesitaban ningún milagro. Solo por el hecho de ser muertos en nombre de Cristo es más que suficiente” dijo el máximo pontífice. 

Los 3 niños fueron canonizados junto con otros 33 mártires brasileños y dos sacerdotes, uno español y otro italiano.

Al inicio de la ceremonia, el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, leyó las biografías oficiales de los nuevos santos y pidió su canonización al Papa.

“Cristóbal, Antonio y Juan, asesinados en odio a la fe en 1527 y en 1529, son considerados los protomártires (primeros mártires) de México y del entero Continente Americano, primicias de la evangelización del nuevo mundo”, indicó la historia de los niños, contenida en el libreto oficial del rito distribuido por el Vaticano.

“Los santos canonizados hoy, sobre todo todos los mártires, indican la vía del amor. Ellos no dijeron ‘sí’ al amor con palabras y por un poco, sino con la vida y hasta el final”, aseguró el Papa Francisco, en su sermón pronunciado en italiano.

“Sin amor, la vida cristiana es moral imposible, estéril, hay que decir ‘sí’ al amor con la vida, no con palabras”, advirtió. Y abundó: “Si no se ama, se envejece antes, nos volvemos malos”.

Al mismo tiempo puso en guardia contra el peligro de una vida cristiana rutinaria, que se conforma con la normalidad, sin vitalidad, sin entusiasmo, y con poca memoria.

Más adelante sostuvo que la vida cristiana es “una historia de amor con Dios”, donde la iniciativa “la toma el señor” y, por eso, ninguno puede decir que tiene la exclusividad y ninguno es privilegiado por encima de los demás.

Reflexión

Al revivir este relato de nuestros queridos Niños Mártires podemos adentrarnos en una muerte violenta pero que lleva una aceptación, un sí sobre todo va cargada de sentido: el dar testimonio de una verdad, la de un Dios único y verdadero. El martirio de estos niños se hizo posible porque ellos prefirieron sacrificar su vida, y optaron por defender sus convicciones.

Es por eso que el trabajo evangelizador que desarrollaron los ahora Santos Niños Mártires de Tlaxcala, a pesar de su corta edad, pero llenos de amor y de Fe por llevar la Nueva Buena encontraron la muerte al defender su causa.

Así que siempre recordemos que todos (sin excepción alguna) estamos llamados para trabajar en la viña del Señor.

Impacto en las familias

Mons. Moreno Barrón, quien fue en su momento obispo de Tlaxcala, y encabezó durante varios años el esfuerzo por llegar al final de esta causa de canonización, aseguró que la canonización de los niños mártires Cristobal, Antonio y Juan “podría tener un profundo impacto en las familias”, en su opinión, la canonización de los niños mártires mexicanos “es un momento de gracia, de bendición para la Iglesia Universal”, y una llamada a que “valoremos la familia como un don de Dios”.

También, el arzobispo de Tijuana manifestó: “Espero que en otros países, como en el Perú, en Estados Unidos, en donde quiera, sean también promovidos como patronos de la niñez en estos tiempos tan difíciles en que los niños son golpeados, abusados, en que falta realmente un respeto integral y una promoción de los mismos en la Iglesia y en la sociedad”.

Oración

Santísima Trinidad, adoro profundamente tu bondad y majestad infinitas, por las fortalezas que diste a los niños Cristóbal, Antonio y Juan, quienes al Principio de la evangelización de México, a pesar de sus pocos años,

llenos de amor por extender tu reino y sin miedo a los sufrimientos, con su palabra y con su martirio, nos dejaron ejemplo de una fe firme y sincera. Por la predilección que tuviste a estos niños, concede la gracia especial que, por su intercesión te pido (menciona la intención).

San Cristóbal, San Antonio y San Juan, Mártires de Tlaxcala y primeros testigos de la fe del Nuevo Mundo, rueguen por nosotros. Amén.


San José María de Yermo y Parres

El sacerdote José María de Yermo y Parres nació en la Hacienda de Jalmolonga, municipio de Malinalco, Edo. de México el 10 de noviembre de 1851, hijo del abogado Manuel de Yermo y Soviñas y de María Josefa Parres. De nobles orígenes, fue educado cristianamente por el papá y la tía Carmen ya que su madre murió a los 50 días de su nacimiento. Muy pronto descubrió su vocación al sacerdocio. 

A la edad de 16 años deja la casa paterna para ingresar en la Congregación de la Misión en la Ciudad de México. Después de una fuerte crisis vocacional deja la familia religiosa de los Paúles y continúa su camino al sacerdocio en la Diócesis de León, Guanajuato, y allí fue ordenado el 24 de agosto de 1879. Sus primeros años de sacerdocio fueron fecundos de actividad y celo apostólico.

Fue un elocuente orador, promovió la catequesis juvenil y desempeñó con esmero algunos cargos de importancia en la curia, a los cuales por motivo de enfermedad tuvo que renunciar. El nuevo obispo le confía el cuidado de dos iglesias situadas en la periferia de la ciudad: El Calvario y el Santo Niño. Este nombramiento fue un duro golpe en la vida del joven sacerdote. Le sacudió profundamente en su orgullo, sin embargo decidió seguir a Cristo en la obediencia sufriendo esta humillación silenciosamente.

Un día, mientras se dirigía a la Iglesia del Calvario, se halla de improviso ante una escena terrible: unos puercos estaban devorándose a dos niños recién nacidos. Estremecido por aquella tremenda escena, se siente interpelado por Dios, y en su corazón ardiente de amor proyecta la fundación de una casa de acogida para los abandonados y necesitados. 

Obtenida la autorización de su obispo pone mano a la obra y el 13 de diciembre 1885, seguido por cuatro valientes jóvenes, inaugura el Asilo del Sagrado Corazón en la cima de la colina del Calvario. Este día es también el inicio de la nueva familia religiosa de las “Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres”.

Desde ese día el Padre Yermo pone el pie sobre el primer peldaño de una larga y constante escalada de entrega al Señor y a los hermanos, que sabe de sacrificio y abnegación, de gozo y sufrimiento, de paz y de desconciertos, de pobrezas y miserias, de apreciaciones y de calumnias, de amistades y traiciones, de obediencias y humillaciones. Su vida fue muy atribulada, pero aunque las tribulaciones y dificultades se alternaban a ritmo casi vertiginoso, no lograron nunca abatir el ánimo ardiente del apóstol de la caridad evangélica.

En su vida no tan larga (1851-1904) fundó escuelas, hospitales, casas de descanso para ancianos, orfanatos, una casa muy organizada para la regeneración de la mujer, y poco antes de su santa muerte, acontecida el 20 de septiembre de 1904 en la ciudad de Puebla de los Ángeles, llevó a su familia religiosa a la difícil misión entre los indígenas tarahumaras del norte de México. Su fama de santidad se extendió rápidamente en el pueblo de Dios que se dirigía a él pidiendo su intercesión. 

Fue beatificado por Su Santidad Juan Pablo II el 6 de mayo 1990 en la Basílica de Ntra. Sra. de Guadalupe en la Ciudad de México. Fue canonizado el 21 de mayo de 2000 en la Plaza de San Pedro.

 

San José de Cupertino

José nació en 1603 en el pequeño pueblo italiano llamado Cupertino. Sus padres eran sumamente pobres. El niño vino al mundo en un pobre cobertizo pegado a la casa, porque el padre, un humilde carpintero, no había podido pagar las cuotas que debía de su casa y se la habían embargado.

Triste niñez

Murió el padre, y entonces la madre, ante la situación de extrema pobreza en que se hallaba, trataba muy ásperamente al pobre niño y este creció debilucho y distraído. Se olvidaba hasta de comer. A veces pasaba por las calles con la boca abierta mirando tristemente a la gente, y los vecinos le pusieron por sobrenombre el "Boquiabierta". Las gentes lo despreciaban y lo creían un poca cosa. Pero lo que no sabían era que en sus deberes de piedad era extraordinariamente fervoroso y que su oración era sumamente agradable a Dios, el cual le iba a responder luego de maneras maravillosas.

Un distraído desechable 

A los 17 años pidió ser admitido de franciscano pero no fue admitido. Pidió que lo recibieran en los capuchinos y fue aceptado como hermano lego, pero después de ocho meses fue expulsado porque era en extremo distraído. Dejaba caer los platos cuando los llevaba para el comedor. Se le olvidaban los oficios que le habían puesto. Parecía que estaba siempre pensando en otras cosas. Por inútil lo mandaron para afuera.

Al verse desechado, José buscó refugio en casa de un familiar suyo que era rico, pero él declaró que este joven "no era bueno para nada", y lo echó a la calle. Se vio entonces obligado a volver a la miseria y al desprecio de su casa. La madre no sintió ni el menor placer al ver regresar a semejante "inútil", y para deshacerse de él le rogó insistentemente a un pariente que era franciscano, para que le recibieran al muchacho como mandadero en el convento de los padres franciscanos.

Cambio inesperado

Sucedió entonces que en José se obró un cambio que nadie había imaginado. Lo recibieron los padres como obrero y lo pusieron a trabajar en el establo y empezó a desempeñarse con notable destreza en todos los oficios que le encomendaban. Pronto con su humildad y su amabilidad, con su espíritu de penitencia y su amor por la oración, se fue ganando la estimación y el aprecio de los religiosos, y en 1625, por votación unánime de todos los frailes de esa comunidad, fue admitido como religioso franciscano.

Coincidencias agradables

Lo pusieron a estudiar para prepararse al sacerdocio, pero le sucedía que cuando iba a presentar exámenes se trababa y no era capaz de responder. Llegó uno de los exámenes finales y el pobre Fray José la única frase del evangelio que era capaz de explicar completamente bien era aquella que dice: "Bendito el fruto de tu vientre Jesús". Estaba asustadísimo, pero al empezar el examen, el jefe de los examinadores dijo: "Voy a abrir el evangelio, y la primera frase que salga, será la que tiene que explicar". Y salió precisamente la única frase que el Cupertino se sabía perfectamente: "Bendito sea el fruto de tu vientre".

Llegó al fin el examen definitivo en el cual se decidía quiénes sí serían ordenados. Y los primeros diez que examinó el obispo respondieron tan maravillosamente bien todas las preguntas, que el obispo suspendió el examen diciendo: "¿Para qué seguir examinando a los demás si todos se encuentran tan formidablemente preparados?" y por ahí estaba haciendo turno para que lo examinaran, el José de Cupertino, temblando de miedo por si lo iban a descalificar. Y se libró de semejante catástrofe por casualidad.

Después de conocer la vida de San José, podemos notar que las "coincidencias o golpes de suerte" se trataban más bien de Providencias de Nuestro Señor.

Fuertes penitencias

Ordenado sacerdote en 1628, se dedicó a tratar de ganar almas por medio de la oración y de la penitencia. Sabía que no tenía cualidades especiales para predicar ni para enseñar, pero entonces suplía estas deficiencias ofreciendo grandes penitencias y muchas oraciones por los pecadores. Jamás comía carne ni bebía ninguna clase de licor Ayunaba a pan y agua muchos días. Se dedicaba con gran esfuerzo y consagración a los trabajos manuales del convento (que era para lo único que se sentía capacitado).

Un caso único y raro

Desde el día de su ordenación sacerdotal su vida fue una serie no interrumpida de éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales en un grado tal que no se conocen en semejante cantidad en ningún otro santo. Bastaba que le hablaran de Dios o del cielo, para qué se volviera insensible a lo que sucediera a su alrededor. Ahora se explicaban por que de niño andaba tan distraído y con la boca abierta. Un domingo, fiesta del Buen Pastor, se encontró un corderito, lo echó al hombro, y al pensar en Jesús Buen Pastor, se fue elevando por los aires con cordero y todo.

Los animales sentían por él un especial cariño. Pasando por un campo, se ponía a rezar y las ovejas se iban reuniendo a su alrededor y escuchaban muy atentas sus oraciones. Las golondrinas en grandes bandadas volaban alrededor de su cabeza y lo acompañaban por cuadras y cuadras.

Los 70 éxtasis

Ya sabemos que la Iglesia Católica llama éxtasis a un estado de elevación del alma hacia lo sobrenatural, durante lo cual la persona se libra momentáneamente del influjo de los sentidos (no oye, no siente) para dedicarse a contemplar lo que pertenece a la divinidad. La palabra éxtasis significa en griego: ser transportado hacia lo sobrenatural.

San José de Cupertino quedaba en éxtasis con mucha frecuencia durante la santa Misa, o cuando estaba rezando los Salmos de la S. Biblia. Durante los 17 años que estuvo en el convento de Grotella, sus compañeros de comunidad presenciaron 70 éxtasis de este santo. El más famoso sucedió cuando diez obreros deseaban llevar una pesada cruz a una alta montaña y no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con cruz y todo y la llevó hasta la cima del monte.

Prohibición de aparecer en público 

Como estos sucesos tan raros podían producir verdaderos movimientos de exagerado fervor entre el pueblo, los superiores le prohibieron celebrar misa en público, ir a rezar en comunidad con los demás religiosos, asistir al comedor cuando estaban los otros allí, y concurrir a las procesiones u otras reuniones públicas de devoción.

Cuando estaba en éxtasis lo pinchaban con agujas, le daban golpes con palos, y hasta le acercaban a sus dedos velas encendidas y no sentía nada. Lo único que lo hacía volver en sí, era oír la voz de su superior que lo llamaba a que fuera a cumplir con sus deberes. Cuando regresaba de sus éxtasis pedía perdón a sus compañeros diciéndoles: "Excúsenme por estos 'ataques de mareo' que me dan".

Las levitaciones

En la Iglesia han sucedido levitaciones a más de 200 santos. Consisten en elevarse el cuerpo humano desde el suelo, sin ninguna fuerza física que lo esté llevando. Se ha considerado como un regalo que Dios hace a ciertas almas muy espirituales. San José de Cupertino tuvo numerosísimas levitaciones.

Un día llegó el embajador de España con la esposa y mandaron llamar a Fray José para hacerle una consulta espiritual. Este llegó corriendo. Pero cuando ya iba a empezar a hablar con ellos, vio un cuadro de la Virgen que estaba en lo más alto del edificio, y dando su típico pequeño grito, se fue elevando por el aire hasta quedar frente al rostro de la sagrada imagen. El embajador y su esposa contemplaban emocionados semejante suceso que jamás habían visto. El santo rezó unos momentos. Luego descendió suavemente al suelo, y como avergonzado, subió corriendo a su habitación, y ya no bajó más en ese día.

Besando al Niño Jesús

En Osimo, donde el santo pasó sus últimos seis años, un día los demás religiosos lo vieron elevarse hasta una estatua de la Virgen María que estaba a tres metros y medio de altura, y darle un beso al Niño Jesús, y allí junto a la Madre y al Niño se quedó un buen rato rezando con intensa emoción, suspendido por los aires.

Su última Misa

El día de la Asunción de la Virgen en el año 1663, un mes antes de su muerte, celebró su última misa. Y estando celebrando quedó suspendido por los aires como si estuviera con el mismo Dios en el cielo. Muchos testigos presenciaron este suceso.

Tratamientos duros

Muchos enemigos empezaron a decir que todo esto eran meros inventos y lo acusaban de engañador. Fue enviado al Superior General de los Franciscanos en Roma y este al darse cuenta que era tan piadoso y tan humilde, reconoció que no estaba fingiendo nada. Lo llevaron luego donde el Sumo Pontífice Urbano VIII el cual deseaba saber si era cierto o no lo que le contaban de los éxtasis y de las levitaciones del frailecito. Y estando hablando con el Papa, quedó José en éxtasis y se fue elevando por el aire. El Duque de Hanover, que era protestante, al ver a José en éxtasis, se convirtió al catolicismo.

El Papa Benedicto XIV que era rigurosísimo en no aceptar como milagro nada que no fuera en verdad milagro, estudió cuidadosamente la vida de José de Cupertino y declaró: "todos estos hechos no se pueden explicar sin una intervención muy especial de Dios".

Getsemaní antes de la glorificación 

Los últimos años de su vida, José fue enviado por sus superiores a conventos muy alejados donde nadie pudiera hablar con él. La gente descubría dónde estaba y allá corrían las multitudes. Entonces lo enviaban a otro convento más apartado aún. El sufrió meses de aridez y sequedad espiritual (como Jesús en Getsemaní) pero después a base de mucha oración y de continua meditación, retornaba otra vez a la paz de su alma. A los que le consultaban problemas espirituales les daba siempre un remedio "Rezad, no cansarse nunca de rezad. Que Dios no es sordo ni el cielo es de bronce. Todo el que le pide recibe".

Murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años.

Oración

Amado Padre, San José de Cupertino soportó mucho rechazo en su vida — su madre no lo aprobaba y las órdenes religiosas a las que trató de unirse lo rechazaron — pero, en lugar de sucumbir a la autocompasión, se volvió a Ti buscando aceptación. Se convirtió en sacerdote e hizo milagros y conversaba íntimamente contigo en éxtasis. Le pido que ore por las personas que conozco que tienen baja autoestima. Enséñanos, oh Señor, a dejar de menospreciarnos y muéstranos cómo cambiar los rechazos en mayores experiencias de Tu amor. Ayúdanos a tener más confianza en nosotros mismos al saber que Tú vives dentro de nuestros corazones. San José, ruega por nosotros. Amén.

 

jueves, 10 de septiembre de 2020

150 Salmos al Santísimo

Durante el transcurso del mes de septiembre del presente año 2020, al terminar una Santa Misa por la intención de un pariente recién fallecido, fui un momento al Santísimo, en la Catedral de mi ciudad, Mexicali, y le prometí a mi Señor rezar los 150 Salmos poniéndome de rodillas frente al Sagrario, ante el Santísimo.

Cada vez que visite un templo rezaré un Salmo frente al Santísimo y también llevaré mi registro como lo hice antes. No necesariamente tengo que visitar un templo diferente cada vez. Simplemente se trata de rezar todos los Salmos.

Fue algo que me nació repentinamente y en este espacio llevaré el registro de cada Salmo rezado.



miércoles, 9 de septiembre de 2020

San Pedro Claver

San Pedro Claver, presbítero de la Compañía de Jesús, que en Nueva Cartagena, ciudad de Colombia, durante más de cuarenta años consumió su vida con admirable abnegación y eximia caridad para con los esclavos negros, bautizando con su propia mano a casi trescientos mil de ellos (1654). Nació en Verdú, España, el 26 de Junio de 1580, y murió en Cartagena, Colombia, el 8 de Septiembre de 1654. Fue beatificado el 16 de Julio de 1850 por Pío IX y canonizado el 15 de Enero de 1888 por León XIII junto con Alfonso Rodriguez.

Pedro Claver y Juana Corberó, campesinos catalanes, tuvieron seis hijos, pero solo sobrevivieron Juan, el mayor, y los dos mas pequeños, Pedro e Isabel. El padre apenas podía firmar su nombre, pero era un hombre trabajador y buen cristiano. La infancia de Pedro quedó oculta para la historia como la de tantos santos, incluso la de Nuestro Señor. Trabajaba en el campo con su familia.

Pedro se graduó de la Universidad de Barcelona. A los 19 años decide ser Jesuita e ingresa en Tarragona. Mientras estudiaba filosofía en Mallorca en 1605 se encuentra con San Alonso Rodriguez, portero del colegio. Fue providencial. San Alonso recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura misión del joven Pedro y desde entonces no paró de animarlo a ir a evangelizar lo territorios españoles en América.

Pedro creyó en esta inspiración y con gran fe y el beneplácito de sus superiores se embarcó hacia la Nueva Granada en 1610. Debía estudiar su teología en Santa Fe de Bogotá. Allí estuvo dos años, uno en Tunja y luego es enviado a Cartagena, en lo que hoy es la costa de Colombia. En Cartagena es ordenado sacerdote el 20 de Marzo de 1616.

Al llegar a América, Pedro encontró la terrible injusticia de la esclavitud institucionalizada que había comenzado ya desde el segundo viaje de Colón el 12 de Enero de 1510, cuando el rey mandó a emplear negros como esclavos. Se trata de una tragedia que envolvió a unos 14 millones de infelices seres humanos. Un millón de ellos pasaron por Cartagena. Los esclavos venían en su mayoría de Guinea, del Congo y de Angola. Los jefes de algunas tribus de esas tierras vendían a sus súbditos y sus prisioneros. En América los usaban en todo tipo de trabajo forzado: agricultura, minas, construcción.

Cartagena por ser lugar estratégico en la ruta de las flotas españolas se convirtió en el principal centro del comercio de esclavos en el Nuevo Mundo. Mil esclavos desembarcaban cada mes. Aunque se murieran la mitad en la trayectoria marítima, el negocio dejaba grandes ganancias. Por eso, las repetidas censuras del papa no lograron parar este vergonzoso mercado humano.

Pedro no podía cambiar el sistema. Pero si había mucho que se podía hacer con la gracia de Dios. Pero hacía falta tener mucha fe y mucho amor. Pedro supo dar la talla. En la escuela del gran misionero, el padre Alfonso Sandoval, Pedro escribió: "Ego Petrus Claver, etiopum semper servus" (yo Pedro Claver, de los negros esclavo para siempre". Así fue. San Pedro no se limitó a quejarse de las injusticias o a lamentarse de los tiempos en que vivía. Supo ser santo en aquella situación y dejarse usar por Jesucristo plenamente para su obra de misericordia. En Cartagena durante cuarenta años de intensa labor misionera se convirtió en apóstol de los esclavos negros. Entre tantos cristianos acomodados a los tiempos, el supo ser luz y sal, supo hacer constar para la historia lo que es posible para Dios en un alma que tiene fe.

A pesar de su timidez la cual tuvo que vencer, se convirtió en un organizador ingenioso y valiente. Cada mes cuando se anunciaba la llegada del barco esclavista, el padre Claver salía a visitarlos llevándoles comida. Los negros se encontraban abarrotados en la parte inferior del barco en condiciones inhumanas. Llegaban en muy malas condiciones, víctimas de la brutalidad del trato, la mala alimentación, del sufrimiento y del miedo. Claver atendía a cada uno y los cuidaba con exquisita amabilidad. Así les hacia ver que el era su defensor y padre.

Los esclavos hablaban diferentes dialectos y era difícil comunicarse con ellos. Para hacer frente a esta dificultad, el padre Claver organizó un grupo de intérpretes de varias nacionalidades, los instruyó haciéndolos catequistas.

Mientras los esclavos estaban retenidos en Cartagena en espera de ser comprados y llevados a diversos lugares, el padre Claver los instruía y los bautizaba. Los reunía, se preocupaba por sus necesidades y los defendía de sus opresores. Esta labor de amor le causó grandes pruebas. Los esclavistas no eran sus únicos enemigos. El santo fue acusado de ser indiscreto por su celo por los esclavos y de haber profanado los Sacramentos al dárselos a criaturas que a penas tienen alma. Las mujeres de sociedad de Cartagena rehusaban entrar en las iglesias donde el padre Claver reunía a sus negros.

Sus superiores con frecuencia se dejaron llevar por las presiones que exigían se corrigiesen los excesos del padre Claver. Este sin embargo pudo continuar su obra entre muchas humillaciones y obstáculos. Hacia además penitencias rigurosas. Carecía de la comprensión y el apoyo de los hombres pero tenia una fuerza dada por Dios.

Muchos, aun entre los que se sentían molestos con la caridad del padre Claver, sabían que hacia la obra de Dios siendo un gran profeta del amor evangélico que no tiene fronteras ni color. Era conocido en toda Nueva Granada por sus milagros. Llegó a catequizar y bautizar a mas de 300,000 negros.

En la mañana del 9 de Septiembre de 1654, después de haber contemplado a Jesús y a la Santísima Virgen, con gran paz se fue al cielo.

Fue beatificado el 16 de Julio de 1850 por Pío IX y canonizado el 15 de Enero de 1888 por León XIII junto con Alfonso Rodriguez.

El 7 de Julio de 1896 fue proclamado patrón especial de todas las misiones católicas entre los negros.

El papa Juan Pablo II rezó ante los restos mortales de San Pedro Claver en la Iglesia de los Jesuitas en Cartagena el 6 de Julio de 1986

Oración

Oh Dios, que, con el fin de llevar el Evangelio a los esclavos negros, has dotado a San Pedro Claver de admirable amor y paciencia, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, superadas todas las discriminaciones raciales, amemos a todos los hombres con sincero corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.