domingo, 10 de mayo de 2015

Ámense los unos a los otros

Estamos a un paso de celebrar la ascención; en presencia de sus apóstoles, el Señor asciende al cielo dejando un mandato: 

"Ámense los unos a los otros"

Somos nosotros mismos considerados como Amigos de Jesús, para poder sentirnos así debemos entender y obedecer su palabra, vivir de acuerdo a lo que nos manda.

Cuando muere una persona querida, por ejemplo nuestra madre, sentimos un vacío muy grande, creemos que el mundo se acaba y que no podremos enfrentar nuestros problemas igual que antes, pues ese apoyo que teníamos se ha ido; sin embargo, pasando el teimpo comenzamos a valorar las enseñanzas de esa persona y cumplimos con sus deseos en vida y actuamos conforme esa persona nos enseñó o de acuerdo a la forma en que él o ella lo hubiera hecho, pues aún después de la partida, sus palabras y enseñanzas siguen presente en nuestras vidas.

Lo mismo ocurre con las enseñanzas de Jesús, y con los apóstoles después de su muerte para llegar a comprender las palabras y las acciones que su maestro les mostró. Jesús ha muerto por nosotros y nos dejó un gran legado de enseñanzas que debemos apreciar y seguir, todo se resume en una frase: Ámense los unos a los otros.

Nosotros somos amigos de Jesús y eso nos convierte en Cristianos.

Hechos 25-26, 34-35, 44-48.
I Juan 4: 7-10.
Juan 15: 9-17.
Salmo 97: El Señor ha revelado a las naciones la salvación, Aleluya.
Juan 14:23 El que me ama guardará mi palabra (dice el Señor) y mi Padre lo amará, y vendremos a él.


domingo, 26 de abril de 2015

Yo soy el Buen Pastor

No sólo nos llamamos Hijos de Dios, sino que lo somos y debemos sentirnos como tales, como verdaderos Hijos de Dios, pues Él nos ama y la prueba de ello es que estamos aquí, leyendo, escribiendo, hablando, es decir, estamos vivos, y listos a escuchar su palabra.

Por sus heridas en la cruz fuimos sanados, fuimos curados, y con su sangre nos dará descanso de heridas, Él ya pagó por todas nuetras culpas.

Jesús es la figura del Buen Pastor.

Yo soy el Buen Pastor, dice el Señor, yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí [Juan 10:14].

¿Por qué un pastor nunca deja solo a su rebaño?

La función de un pastor es el cuidado de sus animalitos para que no se pierdan, y un buen pastor no es aquel que solamente hace su trabajo, sino que es aquel que lo hace bien, con amor y dedicación, sabe dónde están sus animales, y si alguno de ellos brama en auxilio, el pastor sabe donde está y va a ayudarlo. Sin embargo, si el animalito no brama, el pastor no sabrá dónde encontrarlo.

Del mismo modo, Jesús, como nuestro buen pastor, es quien nos cuida, ve por nosotros, nos alimenta con su sangre y su carne cuando tenemos "hambre espiritual", pues quien lo consume tendrá la Vida Eterna.

Cuando pasamos por momentos difíciles, si nos sentimos agobiados, sedientos, frustrados, cansados, fastidiados, Jesús nos dice "Vengan a mi los que estén cansados y encontrarán descanso [Mateo 11:28], si alguno tiene sed, que venga a mi y beba [Juan 7:37], porque yo he de satisfacer el alma cansada y he de saciartoda alma atribulada [Jeremías 31:25]."

Al sentirnos afligidos debemos llamar al Señor, como la oveja brama al pastor, para que venga en nuestro auxilio.

Jesús es nuestro Buen Pastor, pero, a diferencia de cualquier otro buen pastor, que si uno de sus animales no brama no sabe dónde está; Jesús sí sabe dónde estamos y qué nos sucede aún cuando no lo llamemos, y Él nos dice "Estoy en la puerta y llamo, si alguno escucha mi voz y abre, entonces entraré y cenaré con él, y él cenará conmigo [Apocalipsis 3:20]. Más si no abre, aquí esperaré afuera."

Abramos la puerta de nuestro corazón a los llamados del Señor, para que así se hagan obras en nuestras vidas.

Hechos 4: 28.
Salmo 117 La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.
1 Juan 3: 1-2.
Juan 10: 11-18.


domingo, 5 de abril de 2015

Resurrección es glorificación

Es tiempo de Resurrección y éste domingo, donde Jesús ha resucitado, es el más importante de cada año, no existe otro igual, pues es el tiempo cuando recordamos lo que esperamos hacia el futuro: 

El día en que seremos glorificados por la gracia de Dios.

La Resurrección es Glorificación, plenitud de vida, estar junto a Dios; y Jesús nos dice que nosotros, así como él, también podemos resucitar y ser glorificados. Jesús nos quiere irradiar con su luz para sacarnos del sepulcro de oscuridad y alcanzar la resurrección. 

Más de una vez hemos comido el cuerpo y bebido la Sangre de Cristo, y hemos presenciado a un Jesús vivo que nos da ese toque de alegría al enterarnos que ha vencido a la muerte y resucitó.

Pero ¿qué hacer para tener a Jesús Resucitado en nuestras vidas?

Debemos permitir que se manifieste en nosotros mismos y hacia los demás a través de la oración, las buenas acciones, la ayuda al prójimo, al necesitado, a la familia; y tener siempre confianza a plenitud en Él.

Es el Triunfo del Señor y debemos poner nuestra fe en Cristo Resucitado, glorificando a nuestro Dios para así se nosotros mismos también glorificados.

Creer en la Resurrección es creer en la llegada del Reino proclamado por Jesús, es pensar en que es posible creer que podemos hacer todo nuevamente, creer en el triunfo de la vida sobre la muerte.

Permitamos seguir ese camino de Resurrección se nos ha mostrado, glorificando al Señor Jesús de los vivos, pues por Él estamos llamados hacia una Vida Eterna.

Hechos 10: 34a, 37-43.
Colosenses 3: 1-4.
Juan 20: 1-9.
Romanos 6: 3-11.
Lucas 24: 1-12.
Salmo 117:1-2, 16ab-17, 22-23. Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.


domingo, 22 de marzo de 2015

El grano de trigo

Se acerca Semana Santa y es tiempo de reflexionar acerca de aquello que Dios tiene para nosotros, una alianza donde Él es nuestro Dios y nostros su pueblo; esta alianza está pactada con la propia Sangre de Jesucristo, al morir por nuestra causa en la cruz.

Gracias a esonuestras deudas fueron saldadas y nuestras culpas limpiadas, Dios nos entregó a su Hijo para que todo aquel que crea en Él no muera, más bien alcance la Vida Eterna.

Cada uno de nosotros representa un grano de trigo sembrado en esta tierra, con la misión de rendir frutos y para lo cual debemos sacrificarnos, pero ¿Cómo?
  • Renunciando a la tentación y alejándonos del pecado.
  • Renunciando a las cosas de este mundo, a las posesiones materiales.
  • Sacrificarse el padre por sus hijos.
  • Abrir un espacio en nuestra vida para Dios.
  • Cumplir con lo que Dios nos pide.
  • Enfrentar toda prueba y declarar toda victoria en nombre de Jesús.
Es tiempo de escuchar, mirar, contemplar a Jesús, acoger sus palabras y recordar sus enseñanzas.

Mateo 11: 1-10.
Isaías 50: 4-7.
Filipenses 2: 6-11.
Marcos 15: 1-39.
Salmo 21: 8-9, 17-18a, 19-20, 23-24. Dios mío, Diós mío, ¿Por aué me has abandonado?

domingo, 1 de febrero de 2015

Liberación

Jesús realiza la liberación de un hombre poseído por un espíritu inmundo al decir "Cállate,  sal de él", después de que este hombre cuestionó sus enseñanzas alpreguntarle "¿Qué quieres con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: El Santo de Dios". [Macos 1: 24-26]; en lo que se conoce hoy como exsorcismo.

En aquel tiempo se consideraba que estar enfermo o poseído era signo de una vida en pecado; Jesús lanza una orden con su voz para expulsar a ese espíritu inmundo y liberar a ese hombre del pecado. Su voz es una acción liberadora, aquel que la escucha y le permite entrar al interior de su vida será liberado y vivirá en presencia del Señor.

Podemos vivir cautivos en el pecado, caer una y otra vez en la misma acción, reincidimos, y para salir de esta situación debemos permitir que la voz liberadora de Jesús llegue a nosotros, con un corazón arrepentido aue anhela la Gracia del Señor, y así transformarnos.

Pidamos al Señor la capacidad de escuchar la voz de Jesús que nos libera, nos ama y nos salva.

Dios Padre Misericordioso que enviaste a tu hijo al mundo para nuestra salvación, absuélvenos de todo pecado. Amén.

Mateo 4: 16 El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande, a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.
Salmo 94.
Deuteronomio 18: 15-20.
I Corintios 7: 32-35.
Marcos 1: 21-28.

domingo, 25 de enero de 2015

Conversión

Dios nos invita a la conversión, nosotros debemos darnos cuenta de su grandeza y preguntarnos cuánto tiempo hemos tardado para poder entenderlo, para regresar al camino hacia la conversión, cuánto nos hace falta para llegar a ella, cuántas veces el Señor nos ha llamado a convertirnos pero seguimos por un camino distinto al que Él nos presenta.

Al Señor solamente le basta una palabra para sanarnos, para convertirnos, pues el camino de Dios siempre está cerca de nosotros, pero no nos damos cunta de eso.

Debemos cumplir su voluntad, hacer el bien, buscar la paz, adorar a Dios; es el camino a la conversión, se ve muy claro y sin embargo es difícil de cumplir. Para lograrlo hay que permitir que el Señor ponga en nuestro pensamiento lo que debemos hacer.

Hagamos que el arrepentimiento y la conversión llegue a nuestras vidas, para cumplir su voluntad y lograra también la conversión del prójimo, pues Dios llama a trabajadores para seguir edificando su reino.

Que el Señor conceda en cada uno de nosotros la gracia de saber escucharlo y poder responder con un corazón arrepentido y alcanzar la salvación.

Salmo 24: Descúbrenos Señor tus caminos.
Jonás 3: 1-5, 10.
I Corintios 7: 29-31.
Marcos 1: 14-20.


Fe y Prosperidad

No tengo la fecha exacta de cuándo escuché estas palabras de la boca de un pastor perteneciente a nuestros hermanos separados de la Congregación Ríos de Agua Viva de Mexicali, México; sin embargo, me parece interesante el mensaje y aquí lo comparto.

El que cree, todo le es posible [Marcos 9: 23], el que cree en espíritu. 

Jesús es el autor de la fe y necesitamos de él. Si ponemos nuestra fe en manos de Cristo, él nos responde "Todo será posible".

El Señor toma los corazones desesperados, angustiados, atormentados, enfermos y necesitados, y los pone en sus manos y despierta en ellos la fe que nunca deben de perder.

La fe no es un concepto o argumento, no son pensamientos hilados, tiene un objeto, es una persona, no una idea; la fe es Jesús, y Jesús es principio y fin de la fe, gracias a él la fe se fortalece.

La Tercera Carta de Juan nos habla de Prosperidad en todas as áreas de nuestra vida, pero ¿Qué necesitamos para prosperar?
  1. Desear lo mismo que Dios desea; Si Dios quiere que yo sea libre, sano y próspero, yo también lo deseo.
  2. Orar para que en nuestras vidas se revelen los caminos de prosperidad. Que Jesús nos muestre el camino que hemos de seguir para llegar a la presencia divina de nuestro Padre.
  3. Orar por la unción de rompimiento para abrir un nuevo camino.
  4. Orar para tener la sabiduría, dicernimiento y conocimiento para implementar cambios para llegar a la revelación.
  5. Orar por el don de sanidad y milagro que fluye desde Dios en nuestras vidas.
El pecado enferma el alma y sólo el perdón por la Sangre de Cristo puede sanarla.

Señor pongo mi fe y mi vida en tus manos, y me declaro libre de toda incredulidad.


domingo, 18 de enero de 2015

El llamado

Dios nos hace un llamado, nos habla por nuestro nombre; cuando escuches su voz responde "Aquí estoy Señor", pues su llamado nos invita a cumplir su voluntad por medio del bautismo. Hagamos caso a la voz de Dios.

¿Qué buscamos en la relación con Dios?

¿Tenemos la intención de buscar las cosas de este mundo o realmente nuestra búsqueda es hacia a quello que realmente nos une a Él?

¿Qué buscas en el corazón, en la iglesia, en tu casa, en tu vida, ante Dios?

Jesús nos invita a acercarnos a él, a conocerlo, a escuchar su palabra, para darle sentido a nuestra vida.

Nuestro cuerpo es Templo del Espíritu.

Salmo 39:  Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.
Samuel 3: 3-10, 19.
II Corintios 6: 13-1, 17-20.
Juan 1: 35-52.