martes, 27 de agosto de 2019

Divina Infancia (Acto de Oración)

Este acto de oración toma como base la Coronilla a la Divina Infancia de Jesús, y busca glorificar a Nuestro Señor Jesucristo por los méritos de su Divina Infancia. Se compone de 3 Padres Nuestros y 12 Ave María (una por cada año de la niñez de Jesús), meditando también 12 misterios descritos en pasajes bíblicos referentes a su etapa infantil en nuestro mundo, desde su encarnación y nacimiento, hasta la visita al Templo de Jerusalén. Cada misterio se acompaña de una lectura bíblica, reflexiones (algunas de ellas escritas por algún Santo o Sacerdote) y un canto, dejando después un breve momento de silencio para permitir la meditación de los congregados. Si se realiza en tiempo de Navidad, pueden utilizarse algunos villancicos.

Acto de Oración a la Divina Infancia de Jesús

Señal de la Cruz: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Credo: Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso, desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Amén.

Oh, Divino Niño Jesús, por los méritos de tu infancia, humildemente te pido (menciona las peticiones o favores).
Adorada y glorificada sea la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.

Adorado y Glorificado sea el Padre.
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Padre Nuestro: Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden; no nos dejes caer en tentación; líbranos del mal. Amén.

Adorado y Glorificado sea el Hijo.
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Padre Nuestro: Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden; no nos dejes caer en tentación; líbranos del mal. Amén.

Adorado y Glorificado sea el Espíritu Santo.
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Padre Nuestro: Padre Nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden; no nos dejes caer en tentación; líbranos del mal. Amén.

Misterio 1: La encarnación.

“Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel (que significa Dios con Nosotros).” [Isaías 7,14]

“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.” [San Juan 1,14]

La encarnación es la demostración por excelencia del Amor de Dios hacia los hombres, pues la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Dios, se hace partícipe de la naturaleza humana en unidad de persona.

Señor, Tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a Él en su naturaleza divina.

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu Encarnación.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO: La Palabra se encarnó, La Anunciación o Regalo de Dios.

Misterio 2: La visita de María a Isabel.

María “Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».” [San Lucas 1, 40-45]

Cuando María visitó a Isabel, Juan, desde el vientre saltaba, grande era el gozo de estar frente al Mesías. Podemos pensar en ese momento como la santificación de Juan, el precursor, el bautista. Es el Salto de Gozo de Juan dentro de su madre, ante la presencia de la Virgen María, aquella que es Bendita entre las Mujeres, y Jesús, el fruto Bendito de su Vientre.

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de la Visitación.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO: Magnificat de Jésed, Hermana Glenda.

Misterio 3: El nacimiento de Jesús.

“José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.” [San Lucas 2,4-7]

Aquel que tiene en el Cielo su sede, está contenido en la estrechez de un pesebre, a fin de que nosotros pudiésemos dilatarnos en el goce de un reino eterno. En el pesebre está reclinado Aquel que es el pan de los Ángeles, para que nosotros carnales fuésemos restaurados a saciedad con el trigo de su carne. [San Beda]

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu Nacimiento.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.


Misterio 4: Los Pastores adoran al Niño.

Los pastores “Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido” [San Lucas 2,16-20]

En Ángel anunció a María, se apareció a José, se mostró a los pastores de Belén. No se dirigió a los fariseos y escribas, eran demasiado corrompidos y víctimas de su envidia. Los pastores, en cambio, eran sencillos y fieles a la ley. La sencillez es el camino seguro que lleva a la sabiduría. [San Juan Crisóstomo]

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de la Adoración de los pastores.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.


Misterio 5: La Circuncisión.

“Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.” [San Lucas 2,21]

La circuncisión era el signo de incorporación al pueblo de Israel y solía imponerse en este día el nombre al niño, era la incorporación real y nominal a Israel. José, de acuerdo con María, debió de ser el que le impuso el nombre, ya el ángel lo había anunciado. Y se le llamó Jesús, que significa Salvador, pues esa era su misión. Y con la dolorosa circuncisión, Cristo derramó ya la primera sangre redentora.

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de la Circuncisión.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO:.

Misterio 6: La Epifanía.

“Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su Madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.” [San Mateo 2,10-11].

Son los ángeles quienes anuncian a Cristo a los pastores; a los Magos, es la estrella quien les guía hasta Él. A unos y otros habla la lengua de los cielos, porque la lengua de los profetas estaba muda. Los ángeles habitan e el cielo, las estrellas adornan el cielo, a unos y a otros los cielos narran la Gloria del Señor. [San Agustín]

Además de la aparición del astro que brilló a sus ojos, un rayo más brillante de verdad iluminó sus corazones, y esto pertenece a la iluminación de la fe. [Papa San León]

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu Epifanía.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO: Reyes son.

Misterio 7: La Presentación.

“Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.” [San Lucas 2,22-23]

Le pusieron el nombre Jesús, que significa Salvador.

Es el nombre más bello y más santo. Dios ha dado a nuestro Salvador un nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos. [San Pablo]

…Así también, fue presentado en el templo por nosotros, a fin de que aprendiésemos a presentarnos nosotros mismos a Dios. [San Atanasio]

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu Presentación en el Templo.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO: En los valles.

Misterio 8: La huida a Egipto.

“…El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.” [San Mateo 2,13-14].

Mira como, apenas nacido Jesús, el tirano se muestra furioso, y la madre con el niño huye a región extraña, para que, si también nosotros somos atribulados al dedicarnos a una obra santa, no nos acobardemos, sino más bien, cobremos ánimo y fuerza para luchar y vencer. El ejemplo lo tenemos delante. [San Juan Crisóstomo].

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu Huida a Egipto.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.


Misterio 9: La vida en Egipto.

“Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.” [San Mateo 2,15]

El Señor que no se irrita, se acordó siempre de las plagas con que hirió a Egipto, y a Egipto manda ahora a su Hijo y le da la señal y prueba de reconciliación amorosa. Con esta única medicina sana las diez plagas. El Egipto que persiguió al pueblo primogénito es ahora custodio del Hijo Unigénito del Padre. [San Juan Crisóstomo]

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu Permanencia en Egipto.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.


Misterio 10: El regreso a Nazaret.

“Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: Será llamado Nazareno.”
[San Mateo 2,19-23].

El regreso a Nazaret fue para María y José un acontecimiento feliz; volvían a su tierra, a su familia, a lo suyo. Nada esencial había cambiado en su vida desde que habían salido de allí, solamente había ocurrido el nacimiento de Jesús que ya esperaban; lo demás seguía igual. Continuaban siendo pobres, sencillos, humildes, como los demás habitantes de Nazaret.

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu regreso a Nazaret.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO:.

Misterio 11: La vida oculta.

“Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño crecía y se desarrollaba, llenándose de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él.” [San Lucas 2,39-40]

Estando sujeto a sus padres, Jesús cumple con el cuarto mandamiento. Se dedicó a ayudar a su padre José en la carpintería y también pasó el tiempo estudiando las tradiciones judías de la época, vive una vida familiar y de trabajo como la de los demás del pueblo. Allí, convierte el trabajo y la vida ordinaria en camino de salvación y de colaboración con Dios. Allí santifica la vida de familia.

"Nazaret es la escuela donde se comienza a entender la vida de Jesús: la escuela del Evangelio.... Es una lección de silencio, de vida familiar, de trabajo." [Papa San Pablo VI]

Es imagen temporal de su obediencia filial a su Padre celestial.

Dulcísimo Niño Jesús, te adoro en el Misterio de tu vida oculta en Nazaret.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO: Isha Bethel.

Misterio 12: El Niño en el Templo.

“Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».” [San Lucas 2,46-49]

Ante los doctores de la Ley, Jesús, aún Niño, pero con mayoría de edad religiosa, puede intervenir, y lo hace: habla, pregunta, escucha. Los doctores de la Ley se admiran de su sabiduría. Desconocemos el contenido de aquellas conversaciones, pero Dios quiere que el Unigénito hable en su Templo en un momento importante en la vida de un israelita. Jesús está creciendo y entrando en su adolescencia. Ya podemos ver el crecimiento gradual, pero estable y creciente, de su sentido de identidad y misión.

Dulcísimo Niño Jesús, tu adoro en el Misterio de tu pérdida y hallazgo en el templo.

Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Divino Niño Jesús, mi Dios, mi Señor, tu eres el dueño de mi Corazón.

CANTO: En Niño en el Templo (ver anexo, al final de este artículo).

Para finalizar el Acto de Oración

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios mío, que te dignaste constituir a tu Unigénito Hijo Salvador del género humano, y ordenaste que se llamara Jesús, concédenos que, los que veneramos su Santo Nombre en la Tierra, gocemos de su presencia en los cielos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Niño amable de mi vida, consuelo de los cristianos, la gracia que necesito pongo en tus benditas manos. Tú qué sabes nuestros pesares pues todos te los confió, da la paz a los turbados y alivio al corazón mío. Aunque tu amor no merezco, no recurriré a ti en vano, pues eres hijo de Dios y alivio de los cristianos. Acuérdate de mí, Niño Jesús Santo, que jamás se ha podido decir que algunos te hayan implorado, sin tu ayuda recibir. Por eso, con fe y confianza, humildes y arrepentidos, llenos de amor y confianza, tu amor pedimos.

Cuando tenga mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.

Oh, Divino Niño Jesús, concédeme, por los méritos de tu infancia, las gracias y súplicas que te he pedido, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Señal de la Cruz: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ANEXO

Canto: El Niño en el Templo.

Este canto lo he tomado de Youtube en una serie de videos que sirven para acompañar los misterios del Santo Rosario, en este caso, el quinto misterio gozoso. El canto abarca la cita bíblica del Evangelio de San Lucas 2,46-49, y he anexado un par de estrofas (con letra azul) abarcando los versículos previos, 42-45, respetando la voz y los tiempos en que está compuesto el canto originalmente.

La Pascua terminó en Jerusalén
José y María vuelven a Nazaret
Junto a la caravana
Caminaron todo un día
Mas Jesús no iba con ellos
Se quedó en Jerusalén.

Y angustiados regresaron
A la gran ciudad
¿Dónde estás hijito mío?
Oh, Jesús ¿En dónde estás?

¿Por qué te preocupas, Madre?
¿Qué no sabes que yo tengo
que ocuparme de las cosas de mi Padre?

Al cabo de 3 días le encontró;
Estaba en el templo, le miró
Sentado entre doctores,
haciéndoles preguntas,
se quedaban admirados
por su sabio responder.

Mientras, su Madre, angustiada,
se acerca y lo abraza
¿Por qué nos haces esto,
Hijo mío, mi querer?

¿Por qué te preocupas, Madre?
¿Qué no sabes que yo tengo
que ocuparme de las cosas de mi Padre?


miércoles, 3 de julio de 2019

Santo Rosario a la Virgen de Fatima

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Creo en Dios padre Todopoderoso, creador del cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso y desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la Vida Eterna, Amén.


Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Tú quien eres, bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas; me pesa de todo corazón haberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado con tu divina gracia, me propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuese impuesta. Amen.

Padre Nuestro, que estás en el cielo…
Dios te salve María, llena de gracia… (3 veces).

Gloria al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.

PRIMER MISTERIO

Gozoso: La Encarnación del Hijo de Dios.
Luminoso: El Bautismo de Jesús en el Río Jordán.
Doloroso: La Agonía de Jesús en el Huerto.
Glorioso: La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
OFRECIMIENTO: Por la paz de nuestro corazón.

SEGUNDO MISTERIO

Gozoso: La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
Luminoso: La auto revelación de Jesús en las Bodas de Caná.
Doloroso: La Flagelación de Jesús.
Glorioso: La admirable Ascensión del Señor a los Cielos.
OFRECIMIENTO: Por la paz de nuestras familias.

TERCER MISTERIO

Gozoso: El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén.
Luminoso: La Proclamación del Reino de Dios y la Invitación a la Conversión.
Doloroso: La Coronación de Espinas.
Glorioso: La esperada venida del Espíritu Santo.
OFRECIMIENTO: Por la paz de la iglesia, del Santo Padre Papa, del Señor Obispo en turno, de los sacerdotes, de los religiosos y religiosas, seminaristas, diáconos y laicos consagrados.

CUARTO MISTERIO

Gozoso: La Presentación del Niño Jesús en el Templo.
Luminoso: La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo.
Doloroso: Jesús con la Cruz a cuestas hacia el Monte Calvario.
Glorioso: La Asunción de Nuestra Señora la Virgen María.
OFRECIMIENTO: Por la paz de nuestro país, de nuestra ciudad, del gobierno, el congreso y la Suprema Corte de Justicia, para que no se legalice el aborto, ni la unión entre hombres y mujeres del mismo sexo, y ninguna ley que dañe la dignidad de los niños y de las familias; por la paz de los indígenas y narcotraficantes.

QUINTO MISTERIO

Gozoso: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
Luminoso: La Institución de la Eucaristía.
Doloroso: La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Glorioso: La Coronación de María Santísima.
OFRECIMIENTO: Por la paz de los niños, adolescentes y jóvenes, niños maltratados y olvidados, bebés no nacidos, por las madres que han abortado y las que desean hacerlo, por la paz de los enfermos, por las Benditas Almas del Purgatorio, por las almas que podrían perderse para que no se pierdan, por la paz de los países en la pobreza, los países en guerra, por la paz del Vaticano y del Papa ante cualquier ataque espiritual pasado, presente y futuro.

EN CADA MISTERIO SE REZA LO SIGUIENTE

Padre Nuestro, que estás en el cielo…

Dios te salve María, llena de gracia… (10 veces).

Gloria al padre, gloria al hijo, y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.

María madre de gracia, madre de misericordia,
en la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.


Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, cubre a las más necesitadas con tu infinita misericordia, Amén.

Dios mío, yo creo, te adoro, espero y te amo, te pido perdón por aquellos que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (3 veces).

Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.

Inmaculado Corazón de María, sé la salvación del alma mía.

Santísima Virgen de Fátima, Ruega por nosotros.

AL FINALIZAR LOS 5 MISTERIOS

Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, vénganos tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quien nos ofende, no nos dejes caer en tentación, líbranos del mal. Amén.

Dios te Salve María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la aumentes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te Salve María Santísima, madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Dios te Salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por ellas y nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Dios te Salve María Santísima, Virgen Purísima, templo, trono y sagrario de la Santísima Trinidad, relicario purísimo, Virgen concebida sin la culpa original, Amén.

Dios te salve, reina y madre, madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te Salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, ¡Ea! Pues Señora y abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre ¡Oh! Clemente, ¡Oh! Piadosa, ¡Oh! Dulce siempre Virgen María, Santa Madre de Dios ruega por nosotros  para que seamos dignos y merecedores de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo, Amén.

LETANÍA

De tus purísimos ojos dependen nuestras felicidades, líbranos Virgen Santísima y nunca nos desampares.

Señor, ten misericordia de nosotros. (Ten piedad de nosotros)
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Padre Celestial que eres Dios.
Hijo redentor del mundo que eres Dios.
Espíritu Santo que eres Dios.
Santísima Trinidad que eres un solo Dios.

Santa María. (Ruega por nosotros)
Santa Madre de Dios.
Santa Virgen de las Vírgenes.
Madre de Jesucristo.
Madre de la Iglesia.
Madre de la Divina gracia.
Madre Purísima.
Madre castísima.
Madre sin mancha.
Madre sin corrupción.
Madre siempre virgen.
Madre inmaculada.
Madre amable.
Madre admirable.
Madre del buen consejo.
Madre del Creador.
Madre del Salvador.
Virgen prudentísima
Virgen venerable.
Virgen laudable.
Virgen digna de alabanza.
Virgen poderosa.
Virgen misericordiosa.
Virgen Clemente.
Virgen fiel.
Espejo de justicia.
Trono de la Sabiduría.
Causa de nuestra alegría.
Vaso espiritual de elección.
Vaso digno de honor.
Vaso de verdadera devoción.
Vaso precioso de la gracia.
Rosa mística.
Torre de David.
Torre de marfil.
Casa de oro.
Arca de la Alianza.
Puerta del Cielo.
Estrella de la Mañana.
Salud de los enfermos.
Refugio de los pecadores.
Consuelo de los afligidos.
Auxilio de los Cristianos.
Reina de los Ángeles.
Reina de los Patriarcas.
Reina de los Profetas.
Reina de los Apóstoles.
Reina de los Mártires
Reina de los confesores.
Reina de las vírgenes.
Reina de todos los Santos.
Reina concebida sin la culpa original.
Reina elevada al cielo.
Reina del Santísimo Rosario.
Reina de las familias.
Reina de la Paz.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
perdónanos Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
escúchanos Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
ten piedad y misericordia de nuestras almas.


Bajo tu amparo nos acogemos, Oh Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos, antes bien líbranos, Oh Virgen Gloriosa y Bendita. Santa Madre de Dios ruega por nosotros para que seamos dignos y merecedores de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo, Amén.

Te rogamos, Señor, derrama tu gracia en nuestras almas, para que los que hemos conocido, por el anuncio del Ángel, el misterio de la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su pasión y su cruz, seamos conducidos a la gloria de la resurrección por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Por las intenciones del Papa. (Padre Nuestro, Ave María y 3 Gloria)

Ave María Purísima, sin pecado original concebida (haciendo la señal de la cruz en la boca).

PARA FINALIZAR EL ROSARIO

Oh María, transforma mi corazón como el tuyo, colócale alrededor una corona de pureza adornada con virtud, toma mi corazón querida Madre consagrado como tuyo propio, preséntalo a Dios Padre como ofrenda de mí, para ti. Ayúdame, oh María, en hacer tu corazón más conocido cada día.

Espíritu de Cristo: despiértame.
Espíritu de Cristo: muéveme.
Espíritu de Cristo: lléname.
Espíritu de Cristo: séllame.

Oh, Padre Celestial, conságrame a tu Corazón y Voluntad. Sé en mí una fuente de virtudes. Sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mí sea luz que todos puedan ver. Amén.


Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco enteramente a ti, y en prueba de mi  afecto te consagro este día (esta tarde, esta noche) y para siempre mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una palabra, todo mi ser; ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como hijo y posesión tuya. Amén.

Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes y solo nunca me dejes. Ya que me proteges tanto como verdadera Madre, haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.


domingo, 30 de junio de 2019

María no tuvo más hijos

“La Biblia dice que María tuvo más hijos”, este es un falso argumento del protestante para difamar, atacar y calumniar a nuestra querida Madre, la Santa Virgen María. Pero ¿es verdad eso? Claro que no.


Iniciaré diciendo que todos aquellos que atacan a la Virgen María, o lo hacen por ignorancia o lo hacen por mala voluntad, la diferencia es que el primer caso se puede corregir estudiando.

Citas bíblicas mal interpretadas

Según los protestantes, la Biblia nos enseña que María tuvo relaciones sexuales con José su esposo San José y que tuvieron más hijos, o peor aún, que María tuvo hijos con otros hombres, y su excusa es que los podemos encontrar en diferentes pasajes bíblicos como los siguientes:

"Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS." [Mateo 1: 25 RVR 1960].

"Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar, Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. " [Mateo 12: 46-50 RVR 1960].

"Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud, y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen." [Lucas 8, 19-21 RVR 1960].

"Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle, y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre." [Marcos 3: 31-35 RVR].

"¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo (Santiago en la Biblia Cristiana Católica), José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?" [Mateo 13: 55-56 RVR 1960].

"¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo (Santigo), de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él." [Marcos 6: 3 RVR].

"Después de esto descendieron a Capernaum, Él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días." [Juan 2: 12 RVR 1960].

"Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos" [Hechos 1: 14 RVR 1960].

"Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor." [Gálatas 1: 19 RVR 1960].

En NINGUNA cita se usa la expresión HIJOS DE MARÍA, sí se habla de los hermanos de Jesús, y podrán decir los protestantes equivocadamente “Si son hermanos de Jesús, deben ser hijos de maría”, pero esta palabra “hermano”, en el sentido bíblico, no se limita a los hermanos de sangre, sino a otros parientes, la cultura judía es una cultura patriarcal, existe autoridad paterna, y esta autoridad se refleja en el lenguaje en expresiones tales que al referirse a un hermano de sangre se utilice algo como esto: los hijos de mi padre, ya que decir solamente hermano pude referirse a cualquier tipo de parentesco como: tío, sobrino, primo, etc. Esto ocurre porque en la lengua hebrea no existe la palabra tío, primo u otra.

"Abram tomó a Saray, su esposa, y a Lot, hijo de su hermano" [Génesis 12, 5] Aquí tenemos que Abram es tío de Lot de acuerdo a nuestra cultura, nuestra forma de hablar; y más adelante lo llama hermano:

"Así pues, Abram le dijo a Lot: Mira, es mejor que no haya peleas entre nosotros, ni entre mis pastores y los tuyos, puesto que somos hermanos." [Génesis 13, 8]. Son parientes (tío y sobrino en este caso), mas no hermanos de sangre, a pesar de eso, Abram llama hermano a Lot.  

Los supuestos hijos de María

Ahora veamos a los 4 supuestos Hijos de María nombrados en Mateo 13, 55-56: Santiago (hay 2 Santiago), José, Simón (que también hay 2) y Judas (también hay 2).

Santiago y José

Santiago y José son hijos de otra María, una pariente de la Virgen María.

"Había también allí, mirando desde lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle. Entre ellas estaba María Magdalena, María la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo." [Mateo 27, 55.56]. Aquí se habla del momento en que Jesús está en la Cruz, y dice que la madre de Santiago y José se llama María, pero no es la Virgen María; el texto de Juan 19, 25 también nos describe el mismo momento a los pies de la Cruz: “Estaban en pie junto a la cruz de Jesús su Madre, María de Cleofás, hermana de su madre, y María Magdalena”, aquí aparecen las dos Marías, la Virgen María, madre de Jesús, y la otra María, madre de Santiago y José.

Pero había otro Santiago.

Marcos 3, 16-17 "Designó a estos doce: Simón, a quien llamó Pedro; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes llamó Boanerges, que significa hijos del trueno."

Mateo 4, 21. "Fue más adelante y vio a otros dos hermanos: Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando las redes." El padre de Santiago no era José, sino Zebedeo. Además, en ambos textos ya identificamos que Zebedeo tenía 2 hijos (Santiago y Juan). Falta identificar a la madre:

Volvemos a Mateo 27, 56. "Había también allí, mirando desde lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle. Entre ellas estaba María Magdalena, María la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo." Tenemos a otra mujer a los pies de la Cruz, la madre de los hijos de Zebedeo, aunque no se dice su nombre. Sabemos que no es la Virgen María, pues el esposo de la Virgen era José, no Zebedeo.

Simón

Ahora pasamos a Marcos 3, 18 donde aparece Simón: "Andrés y Felipe; Bartolomé y Mateo; Tomás y Santiago, hijo de Alfeo; Tadeo y Simón el cananeo." SIMÓN EL CANANEO, no el Nazareno, María era de Nazaret, si Simón fuera hijo de la Virgen María, sería llamado Nazareno o Galileo, así como Jesús, pero no, es Cananeo.

El otro Simón, que después Jesús llamaría Pedro, tampoco es Hijo de María.

Juan 1, 41-42 "Andrés encontró a su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al mesías" (que significa el Cristo). Y se lo presentó a Jesús. Jesús le miró y dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas" (que significa piedra)." Si Simón Pedro fuera hijo de María y hermano de sangre de Jesús ¿por qué Andrés lo tuvo que presentar si ya se debían conocer al ser hermanos de la misma madre? Además, dice que Andrés y Simón (Pedro) son hijos de Juan (Jonás en otras versiones).

Judas

Judas Iscariote era hijo de Simón Iscariote, no de José, esposo de María, y lo vemos en Juan 6, 71: "Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote; pues éste lo iba a traicionar, y era uno de los doce.". No es hijo de José ni de María.


Judas Tadeo tampoco era hermano de sangre de Jesús, no era hijo de María. Judas 1, 1 dice "Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los elegidos y amados de Dios Padre y conservados para Jesucristo:" Aquí Judas se presenta, si fuera hijo de María, en su presentación lo hubiera mencionado, tampoco se presenta como hermano de Jesús, sino como su servidor, pero sí se dice hermano de Santiago, ¿De cuál Santiago era hermano Judas Tadeo? No importa, pues ninguno de los dos es hijo de María, ya se comprobó.

En la cultura judía, si una mujer quedaba viuda quedaba a cargo de su hijo mayor, si este hijo moría, ella quedaba a cargo del siguiente hermano de sangre, es decir, el hermano mayor le entregaba a la madre al hermano siguiente, también hijo de esa mujer. Si María tuvo más hijos, al morir Jesús, ella tenía que irse a vivir con el siguiente hijo, entonces ¿por qué Jesús la entregó a Juan, hijo de Zebedeo? Porque no había más hijos de María ni de José.

Otro dato más sobre la cultura judía, un hermano menor no podía aconsejar al hermano mayor, la Biblia nos enseña que Jesús es el Primogénito, y suponiendo que tuvo más hermanos, ellos no podían aconsejarlo, pero en Juan 7, 3 dice "Y le dijeron sus hermanos: «Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, pues nadie actúa en secreto cuando quiere ser conocido. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo.»” Si habla de hermanos hijos de María, ellos no pueden aconsejarlo, pero sí le dan consejo porque no son hermanos de sangre.

El primogénito, el primero de muchos hijos

Aclaración, primogénito no necesariamente significa que hubo más hijos, sólo indica que es el primer hijo.

Jesús es el primogénito, en Lucas 2, 7 se menciona: "y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.” Pero no hubo más hijos.

Lucas 2, 21-23 "Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor" 


Obedecían las leyes judías, por lo mismo Jesús fue presentado en el templo como el primogénito, y nuevamente hay que aclarar que después no hubo más hijos. Y lo comprobamos en Lucas 2, 42-52, cuando Jesús, de 12 años de edad, fue a Jerusalén junto con María y José, y Jesús se queda en el templo con los Doctores de la Ley. En todo este pasaje bíblico nunca aparece otro hijo de María y José, de haber existido, tendría que haber sido mencionado, ya que Jesús contaba con 12 años, tiempo suficiente para que naciera otro niño de María, como vemos, no sucedió.


También se puede revisar el siguiente texto de Mateo 1, 1-16, la Genealogía de Jesús.
En el versiículo 2 dice “Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá Y DE SUS HERMANOS...”

Vemos que cuando sólo hay un hijo, éste es nombrado, obviamente, pero cuando hay más hijos, sólo se nombra a uno de ellos y después se especifica que hay más, diciendo “Y DE SUS HERMANOS”

Versículo 11: “Josías, padre de Jeconías Y DE SUS HERMANOS, durante el destierro en Babilonia...”

Ahora veremos qué sucede al final cuando se nombra a Jesús. Versículo 16 “Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.”

¿y qué pasó con los hermanos?

No dice Jesús y sus hermanos. En los otros casos sí dice "y de sus hermanos" pero cuando menciona a Jesús no. Entonces María no tuvo más hijos. Simplemente no existen, no hay, Jesús es el único hijo nacido de la Virgen María.


La palabra "Hasta"

Si el pretexto para decir que María y José tuvieron relaciones después de nacer Jesús es esto: "Y no la conoció hasta que dio a luz un hijo al que José le puso el nombre de Jesús" [Mateo 1, 25], pues estás mal interpretando. Bajo ese mismo concepto de la palabra “hasta”, entonces si leemos “Y Micol, hija de Saul no tuvo hijos hasta el día de su muerte [2 Sam 6, 23]” ¿significa que Micol tuvo hijos después que murió? No es posible.


La expresión “HASTA” no significa necesariamente que algo tuvo que ocurrir después, en el caso de los judíos, significa algo que está sucediendo en ese momento, en un momento descrito, no toma en cuenta lo que sigue. Se considera un periodo de tiempo determinado, desde un momento inicial hasta un momento final, y nada más.

Las anunciaciones

Otra forma de comprobar bíblicamente que María sólo tuvo un hijo, Jesús, es al revisar otros casos en los cuales nació un hijo de una mujer en donde hubo previamente una anunciación.


En el Antiguo testamento tenemos estos dos casos: Isaac y Sansón.

Génesis 21, 1-7 Narra el nacimiento de Isaac, que fue hijo único de Abraham y Sara. Y en los versículos siguientes vemos que Isaac tenía un hermano, hijo de Abraham, pero no de Sara, sino de Agar, su esclava. No existe otro hijo de Sara.

En el libro de Jueces, todo el capítulo 13 nos cuenta la historia de Manoaj y su esposa, quienes deseaban tener un hijo, y un ángel les anuncia el nacimiento de Sansón, su único hijo. Nunca se menciona otro hijo de ellos.

En el Nuevo Testamento está el caso de Juan el Bautista. En el Evangelio de San Lucas 1, 5-25 se describe a Zacarías y a su esposa Isabel, en los versículos 11-17 observamos la anunciación del nacimiento de Juan Bautista, de labios del Ángel a Zacarías, diciéndole que ese hijo suyo, al que llamarán Juan, será un gran servidor del Señor y por medio de él muchos hijos de Israel volverán a Dios. No aparece otro hijo de Zacarías e Isabel.

Y un poco después, en Lucas 1, 26-38 se narra la anunciación del nacimiento de Jesús en el vientre de María. Y no se vuelve a anunciar el nacimiento de otro hijo de María ni de José.

De manera que, cuando existe el nacimiento de un hijo varón con una previa anunciación, éste es hijo único, y se da en diferentes circunstancias en las que poco se espera que nazca un niño: cuando la mujer es de edad avanzada, cuando es estéril y cuando es virgen.

Conclusión

Como vemos, la Biblia nunca menciona a los otros supuestos Hijos de María, así que ese argumento protestante de que María no es Virgen y que tuvo más hijos, es completamente falso.

Jesús es el Hijo de Dios y es el ÚNICO Hijo de la Virgen María.