domingo, 21 de diciembre de 2014

Encarnación

Así como Dios encarnó en María para venir a este mundo, igualmente se encarna en cada uno de nosotros para darnos una vez más la oportunidad de transformar nuestras vidas y seguir nuestro buen camino hacia la conversión, actuando según su voluntad.

Permitamos que Dios se encarne en nuestros corazones, dejémosle entrar en nuestro pensamiento, démosle un lugar en nuestra vida, para que nos llene con s bendición.

Festejemos estas fechas con amor y abrazos en familia, y no perdamos de vista el verdadero significado de la Navidad, que es el Nacimeinto de Jesús, nuestro Salvador.

Salmo 88: 2-3, 4-5, 27, 28.
II Samuel 7: 1-5, 8-12, 14, 15.
Romanos 16: 25-27.
Lucas 1: 26-38.


domingo, 11 de mayo de 2014

Domingo del Buen Pastor

No existe pastor sin rebaño, ni rebaño sin pastor; pastor y rebaño caminan juntos, y en este caso el pastor tiene una misión significativa: Dar Vida. Para que las ovejas vivan deben tener salud, si una enferma el pastor se preocupa. El buen pastor también da la vida por sus ovejas.

Por eso, un verdadero pastor, además de ocuparse de quienes lo siguen, que escuchan la palabra, también presta atención a auqellos que no los siguen, que no vinen, que no escuchan, que están enfermos; pues Él pedirá cuenta de todos quellos que puso a nuestro cuidado pastoral.

Jesús dijo a los fariseos: Yo aseguro, quien no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino por otro lado, es bandido; quien entra por la puerta es pastor; a ése le abre quien cuida la puerta y las ovejas oyen su voz, las llama por su nombre y ellas lo siguen al caminar delante de ellas, pues reconocen su voz; mas a un extraño no reconocen y huirán de él, pues no reconoce su voz [Juan 10: 1-4]

Sin embargo no lograron comprender el mensaje, pero Jesús insistió con lo siguiente: Yo soy la puerta de las ovejas, todos los que antes de mí vinieron, son badidos y las ovejas no los escuchan; yo soy la puerta, quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir, y encontrará pastos [Juan 10: 1-4].

Jesús se nos presenta como la puerta, el pastor y el pasto
  • Puerta en función de considerarlo como pasaporte de entrada y salida, acceso a la gracia por medio del Espíritu Santo.
  • Pastor porque nos lleva al acompañamiento, nos dirige hacia El mismo.
  • Pasto porque nos sirve de alimento espiritual y nos renueva desde nuestro interior.

En este escenario también aparecen los bandidos, que en este caso son los falsos ídolos, falsos líderes, todos aquellos que intentan edificar una iglesia desde otra parte, desde otro camino, y llaman a las ovejas a seguirlos por ese camino de perdición, a que entren por otra puerta. También se refiere a quienes siguen un camino de tentación, a quienes no caminan por el camino que Dios nos enseñó por medio de sus mandamientos y hacen uso de todo tipo de acciones idebidas para beneficio propio, a costa del sufrimiento de los demás y de la preocupación de los verdaderos pastores, quienes intentan defender a ese rebaño que ha sido puesto a su cargo y hacer volver a aquellas ovejas que se han extraviado.

Debemos entender que nosotros mismos somos las ovejas del rebaño de Cristo, nuestro propio pastor, a quien debemos reconocer su voz y seguirlo cada vez que nos llame.

La palabra nos permite encontrar una riqueza en Cristo Resucitado, una oportunidad de conversión para fortalecer la fe, esperanza y caridad, de meditar sobre nuestros problemas y nuestro cansancio, y reconocer que Cristo representa nuestra puerta para salir de ellos y al mismo tiempo una entrada a la esperanza.

Salmo 22 El Señor es mi Pastor, nada me faltará.
Hechos 2: 14, 36-41.
I Pedro 2: 20 -25.
Juan 10: 1-14.

Presento aquí un par de fuentes donde se explican las mismas escrituras:

domingo, 4 de mayo de 2014

Jesús siempre serca de ti

Jesús Resucitado se aparece varias veces a sus discípulos sin haber sido reconocido, como si Él mismo quisiera que así sucediera. Jesús representaba la esperanza para todo un pueblo, sin embargo, fue entregado por los sacerdotes para ser condenado y crucificado, de manera que esa esperanza se perdió, aún a pesar de haber escuchado después a algunas mujeres que visitaron el sepulcro y no encontraron el cuerpo, pero si presenciaron la aparición de Ángeles que anunciaron que Él estaba vivo.

Los discípulos no salen a buscar a Jesús, es Él mismo quien sale en búsqueda de encontrarse con ellos; es así como se aparece como un forastero ante 2 de sus discípulos en camino a Emaús, a quienes les explica las escrituras y enseña la Palabra de Dios.

Cuando estuvo por marcharse, los discípulos le pidieron que permaneciera con ellos, pues ya anochecía, Jesús partió el pan y pronunció la bendición, entonces fue reconocido por los discípulos, quienes regresaron a Jeruslén con la noticia.

Es así como nosotros también esperamos que nuestros planes y proyector resulten como los hemos planeado, pero no siempre sucede y caemos en la desilusión ignorando qué es lo que el futuro nos tiene preparado.

Jesús nos enseña que debemos confrontar la vida y los problemas con el mejor recurso que podemos tener: La Palabra de Dios, las escrituras, pues es ahí donde encontramos las respuestas que esperamos y sentido a nuestra vida.

Acerquémonos a la Palabra de Dios, las escrituras, más que un libro que podemos cargar y leer, es Dios mismo que nos habla y nos dice que no estamos solos a pesar de nuestras dificultades, el Señor siempre nos acompaña donde sea que estemos y a donde quiera que vayamos.

Salmo 15 Protégenos Dios mío, me refugio en ti.
Hechos 2: 14, 22-28.
I Pedro 1: 17-28.
Lucas 24: 13-35.

domingo, 27 de abril de 2014

Creer en Jesús Resucitado

El Evangelio de Juan habla de 2 apariciones de Jesús Resucitado, ambas sucedidas en Domingo: La primera vez fue al anochecer del día de Resurrección, Jesús se presentó diciendo La Paz esté con ustedes, como el Padre me ha enviado, así los envío yo; reciban al Espíritu Santo, a los que les perdonen pecados, les quedarán perdonados; a los que no se les perdonen, les quedarán sin perdón [Juan 20: 19-23]

Estas palabras las dijo a sus Apóstoles señalándoles que, al pronunciar ellos la palabra del perdón hacia el pecador arrepentido, Él ratificaría este mismo perdón en el Cielo, pues anteriormente Jesús ya habíales mencionado que lo que aten en la Tierra quedará atado en el Cielo, lo que desaten en la Tierra quedará desatado en el Cielo [Mateo 18: 18].

Sin embargo, Tomás, uno de los 12, no estuvo presente y al recibir la noticia no creyó y respondió "Si no veo en sus manos alguna señal de los clavos, si no siento las heridas de sus manos y del costado, no creeré" [Juan 20: 25].

La segunda aparición fue 8 días después; estando Tomás presente, Jesús les dijo "La Paz esté con Ustedes" y volteando a Tomás mencionó "Mis manos aquí están, acerca tu dedo, mete tu mano en mi costado, y cree". Tomás respondió "Señor mío y Dios mío", finalizando Jesús "Tú crees pues me has visto. Dichosos los que creen sin haber visto" [Juan 20: 26-29].

De esta misma manera, Jesús se aparece ante cada uno de nosotros, en cada momento de nuestra vida, para que creamos que Él está aquí, resucitado; sin embargo su presencia pasa inadvertida ante la costumbre de creer sólo lo que podemos ver a través de nuestros ojos de la carne, mas debemos aprender a ver a través de los ojos del espíritu y buscar el rostro de nuestro Señor, pues auqnue nuestros ojos sean ciegos, nuestra alma puede percibir esa Luz Espiritual que emana del rostro del Señor.

Salmo 118 (117); 1-4, 13-24 La misericordia del Señor es eterna, Aleluya.
Hechos 2; 42-47.
I Pedro 1; 3-9.
Juan 20; 19-31.

domingo, 20 de abril de 2014

El triunfo del Señor

Celebremos hoy el amor de Dios que nos ha entregado por medio de su hijo, ha vencido a la muerte y resucitó. Resucitemos nosotros también en Vida Nueva, renunciemos a todo aquello que nos hace mal o nos deja caer en pecado, aprendamos a Morir Espiritualmente para renacer hacia una Vida Nueva, aceptando la Voluntad del Señor.

Jesús nos invita a caminar por el Desierto para llegar al Oasis que hay al final, el desierto es el tiempo de preparación para llegar a la Resurrección, un tiempo oración, de preparación para hacer el bien, para buscar la Gracia de Dios e invitara otros a que también la encuentren, para remover la piedra del sepulcro y salir de la oscuridad que nos encierra hacia la luz de una vida nueva.

Sigamos por el camino de la purificación, démonos oportunidad de pasar un tiempo con quien no lo hacemos, pasar de la sombra a la luz de nuestra vida, del pecado a la paz, en resumen, busquemos siempre un momento para hacer el bien.

¿Por qué Dios escogió esa muerte donde existió la traición y el dolor?

Dios a nadie quiere dejar sin misericordia, con su ejemplo nos enseña a aceptar nuestro destino con su presencia. Recordemos estas palabras: Padre, libérame de este trago amargo, pero haágase tu voluntad, no la mía [Lucas 22: 42].

Jesús con su muerte equilibró los pecados cometidos por todos los hombres, dio su vida y por la Gracia de Dios resucitó, renunció a él mismo para permitirnos vivir, heredando una enseñanza: Para ser felices y hacer felices a otros, a veces debemos morir a algo.

Morir a algo nos acerca a Dios, esto es Resurrección, morir para renacer en una Vida Nueva; ¿Cuántas veces renunciar a algo permite que otros vivan?

La resurrección es experimentar algo nuevo, abrir los ojos y levantarse para empezar de nuevo.

Caminemos por la Gracia del Espíritu para comenzar una Vida Nueva.

Señor, ilumina mi camino y déjame llegar hasta ti. Amén.

Hechos 10: 34, 37-43.
Colosenses 3: 1-4.
Juan: 20: 1-9.
1 Corintios 5: 7-8.
Salmo 117.

domingo, 13 de abril de 2014

El Regalo de Dios

Jesús es el Regalo que Dios le dio a su pueblo, pues trajo Salvación a nuestras vidas, el perdón a los pecadores y sanación a los enfermos, nos entregó su vida y pagó el precio más valioso que es su Sangre.

A nosotros, su pueblo, nos toca recordar el momento de la fe y la historia de Jesús, seguir dándole el lugar que le corresponde en nuestro presente y estar siempre en disposición de entender qué espera de nosotros.

Confiar en Él es poner nuestros problemas en sus manos, buscar su rostro y ofrecer nuestra vida.

Recordemos que el Señor nos ayuda, por eso nunca estaremos confundidos.

Señor, estamos en tus manos, somos tu pueblo y confiamos en ti. Amén.

Mateo 26: 14, 27, 66.
Isaías 50: 4-7.
Filipenses: 2: 6-11.

domingo, 6 de abril de 2014

Resurrección

La resurrección de Jesús es la clave de nuestra fe, es la Promesa de Vida, pues si Él no hubiera resucitado [Corintios 15:13] nuestra fe sería en vano y nuestra vida llena de penas.

Muchos han partido a la casa del Señor, mas su presencia en nuestras vidas es vigente, es la manifestación de la fe.

Al partir un ser, debemos escuchar a Jesús, retirar la piedra que no nos deja ver y que trae oscuridad, para dejar entrar la luz de la Gloria de Dios, establecer amistad con Él, pues solamente Él tiene capacidad de dar o restaurar vida.

Al decir Creo en la Resurrección de los Muertos muchas veces no comprendemos qué decimos, tenemos la sensación de vivir sin esperanza, aferrados a las cosas materiales, pues vivimos sumidos en problemas y pruebas que nos agobian, somo heridos de muerte, siendo las heridas más fuertes las del corazón; pero sólo Cristo puede sanarnos, sacarnos del sepulcro, poner fin a nuestra vida mortecina, a nuestros lamentos y todas las dudas, pues Él es la Resurrección y la Vida.

Aunque seamos muertos por el peso de nuestras culpas, podemos decir Señor, yo creo que Tú eres el Mesías, hijo de Dios, y creer no que hemos de resucitar, sino que ya hemos resucitado, y seremos por el Señor testigos y defensores de la vida.

La Resurrección es la participación en la vida de Jesús resucitado, una Vida Nueva, gratificante, plena.

Creer en Jesucristo significa darnos cuenta de los Pecados, aceptar nuestras culpas, nuestra débil condición, alejarnos de todo lo que nos conduce a pecar y de todo lo que no nos permite acercarnos a Él.

Escuchar la Palabra de Dios y expresarla en la oración, dar gracias, hacer su voluntad, creer en la resurrección de los muertos, ver con nuestra fe que la Resurrección de Cristo es el triunfo definitivo sobre la muerte y paso a la vida plena y eterna.

Jesús es la fuente de agua que mana hasta la Vida Eterna, es la Luz del Mundo, Resurrección y vida para todo aquel que crea en Él.

Juan 11: 25 Yo soy la Resurrección y la Vida, quien en mí crea, aunque muera, vivirá.
Juan 11: 26 El que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.

Esequiel 37: 12-14
Romanos 8: 8-11
Juan 11: 1-45
Salmo 129

domingo, 30 de marzo de 2014

Ver con el Corazón

Existen hombres y mujeres que desde siempre han estado acostumbrados a creer lo que ven únicamente, sólo en las apariencias, pero el Señor ve el corazón. Así como Él, todos tenemos que aprender a ver más allá de lo superficial, conocer la diferencia entre la luz y las tinieblas, entre unos ojos que quieren ver y unos corazones que se empeñan en no ver, entre mirar y juzgar según los ojos de la carne y ver desde el corazón, así, andar por el camino recto y difícil del bien, en lugar del cómodo camino de la mentira.

Cristo es Luz Resplandeciente que espera a que abramos nuestro corazón para ser recibida; para eso es necesario que aprendamos a ver con el corazón, dejar a un lado las apariencias y los juicios, lo externo, y ver la bondad o maldad de la persona, la sinceridad, honradez, generosidad y necesidad, a través de nuestro propio corazón.

Para Cristo, lo más valioso en una persona es su corazón, y un corazón humilde y generoso jamás le será despreciable; por lo tanto, debemos evitar el comportamiento orgulloso y soberbio, dejar de ser ciegos de espíritu, despojarnos de la venda en los ojos y contemplar al Señor sobre todo aquello de lo que nuestros ojos alcancen a ver, de esta manera evitaremos rechazar la Luz de Cristo y nuestras vidas se llenarán con ese resplandor.

Dejemos de preocuparnos de nuestros problemas, aceptemos y tomemos cada situación como una manera de acercarse cada vez más al Señor. El amor es la respuesta más acertada ante nuestros sufrimientos

La Ceguera del Corazón nos lleva a no querer ver o escuchar a aquello a lo que debemos prestar nuestra atención; simplemente nos aparta de Dios, pero Dios no se aleja de nosotros, pues nos conoce y siente nuestros corazones y sabe cuáles son nuestras necesidades y angustias que afrontamos.

Es así como el Señor nos enseña a confiar más en los Sentidos del Corazón que en los Sentidos de la Carne, pues aquellos que con su corazón puedan leer el corazón del prójimo, podrá ver la luz del Señor reflejada en cada ser que crea en Él.

Jesús es la fuente de agua que mana hasta la Vida Eterna, la Luz del Mundo, resurrección y vida para todo aquel y aquella que crea en su palabra. El Señor es nuestro pastor, nada nos faltará [Salmo 23], Él ha de poner barro sobre nuestros ojos para lavarnos, y así poder verlo y creer en Él.

Pidamos al Señor que llene nuestros corazones y limpie nuestros ojos.

Señor, hazme sair de la oscurodad, limpia mis ojos y permíteme ver tu resplandor, Amén.

Samuel 16: 1,6-7, 10-13
Efesios 5: 8-14
Juan 9: 1-41

domingo, 23 de marzo de 2014

El regalo

Cristo es el regalo de Dios para nosotros.

El Señor conoce nuestras capacidades, problemas, debilidades , y siempre ha de venir en nuestra búsqueda donde sea que estemos.

El Señor es el alimento de nuestra adoración, y la verdadera adoración implica un cambio en nuestra mente y el corazón hacia Él.

Cristo viene a nosotros con toda su gracia a salvarnos de nuestras inquietudes y da significado a nuestra vida, pues su amor hacia nosotros es sobrenatural y su gracia es santificadora, nos convierte a su imagen y debemos amar así como Él lo hace.

Jesús nos da su regalo, La Palabra de Dios, para diseminarlo; nos llama a su encuentro con Él mismo. Agradezcamos desde cualquier lugar donde estemos.

Gracias te damos Señor, por todo aquello que nos has dado.

Señor mío, permite que no seamos sordos a tu voz. Amén.

Éxodo 17: 3-7
Salmo 94
Romanos 5: 1-2, 8
Juan 4: 5-42

domingo, 16 de marzo de 2014

El modelo de Cristo

Cristo es el modelo de las enseñanzas y bienaventuras que todos debemos tener. Hay que mirar más allá de la angustia para sentirnos consolados y tener el valor que necesitamos .

Debemos exigirnos el mayor esfuerzo con la fuerza que tengamos, valorar nuestras obras, no por su poder, sino por su gracia.

Jesús es el grano de trigo que cayó en la Tierra y dio su fruto; Él nos ha regenerado y nos ha hecho fructificar. Es el hijo amado de Dios, en quien tiene complacencia, oigamos su palabra. Mateo 17: 5.

Honor y Gloria a ti, Jesús. Amén.

Génesis 12: 1-4
Salmo 32
Timoteo 1: 8-10
Mateo 17: 1-9

domingo, 9 de marzo de 2014

La tentación

Las tentaciones son parte de nuestra vida; ante ellas es decisión nuestra ser o no ser victoriosos, pues existe manera de alejarse de ellas:
  • Presentar una conducta opuesta; por ejemplo, si la tentación es una conducta soberbia, debemos intentar una conducta humilde.
  • Confiar en el amor a Dios y al prójimo.
  • La oración, buscar con ella la Gracia de Dios.

Una tentación se presenta como algo bueno, pero en realidad es negativo, es venenom para el alma; se ve deseable pero en realidad trae sufrimiento y muerte espiritual. Es una guerra contra uno mismo, debemos estar preparados y dar resistencia.

Vencer a la tentación es parte de seguir al Señor.

A menudo le rogamos al Señor que nos libre de las tentaciones, pero sentimos que no nos responde, pues Él permite que nos suceda para poner a prueba nuestra fe, Él permite que seamos golpeados por las olas para probar nuestra fortaleza, nuestra fidelidad y nuestra unión hacia Él.

Señor, permite a mis ojos ver el camino para salir de la tentación, ilumíname, pues tú ya la has vencido. Amén.

Génesis 2: 7-9, y 3: 1-7
Romanos 5: 12-19
Mateo 4: 1-11

domingo, 2 de marzo de 2014

Dios en nuestra vida

Jesús nos enseña a buscar primero a Dios, el reino, y después todo lo demás. Nadie puede servir a 2 señores, pues aquel que lo haga, aborrecerá a uno y amará al otro, no es posible al mismo tiempo amar a Dios y amar a las riquezas [Mateo 6:24].

¿Qué lugar ocupa Dios en nuestra vida?

Jesús no está en contra de lo material, pues existen las necesidades, mas lo material no debe gobernar al ser humano; debemos pues prestar atención a lo que realmente es importante.

¿Qué es lo que más anhelamos en nuestras vidas?

Aprendamos a reconocer dónde estamos, seguir el camino hacia Dios, retroceder en caso de habernos desviado y retomar el camino nuevamente. Debemos tener un corazón desprendido, servir a los demás, poner atención a Dios, saber cómo acercarnos al prójimo, tener un sentido de caridad, de Justicia Divina, que significa poseer un corazón que sea generoso ante los demás.

¿Qué espera Dios de nosotros?

Que en uno mismo se manifieste el reino de la caridad, el reino de la paz, el reino de la justicia.

No debemos olvidar que somos instrumentos de Dios, pero también somos Rostro de Dios; si alguien te observa y se manifiesta en ti el Rostro de Dios, encontrará la caridad y también se encontrará con Dios. Permitamos que Dios se manifieste en nosotros.

La humildad

Ser humilde o ser pobre no significa tener menos, sino alcanzar a ver con los Ojos de Dios las necesidades del mundo, tanto materiales como espirituales.

La Palabra de Dios es viva y eficaz [Hebreos 4: 12] y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.

Sólo en tí, mi Dios, he puesto mi confianza. Amén.

Isaías 49: 14-15
Corintios 4: 1-5
Mateo 6: 24-34
Salmo 61

domingo, 23 de febrero de 2014

Crecimiento espiritual

Todo en esta vida es un camino de preparación y lleva un proceso. Caminemos hacia la Perfección Humana y hacia la Santidad, y la Santidad es un camino de Perfección, un estado de gracia que empieza en nosotros mismos.

La Santidad es la perfección del alma, poner en práctica Virtudes Cristianas, dar el mejor esfuerzo, tener la capacidad de levantarse, vencer nuestros problemas y convencernos de que sí podemos con ellos, ir más allá de lo que se piensa, aprender a perdonar.

Jesús nos da aspectos espirituales para crecer; cuando permitimos que Dios nos llene con su gracia, podemos vencer al pecado.

Señor mío hazme un instrumento de tu pazAmén.

domingo, 16 de febrero de 2014

Vivir los Mandamientos

Cuando hablamos de los mandamientos, muchas veces existen quienes los sienten como una carga muy pesada, sin embargo, hay que recordar que los mandamientos no se imponen, serás fiel a ellos si tú quieres, pues seguirlos es nuestra decisión y ellos siempre estarán vigentes.

Debemos vivir los mandamientos por convicción, son un mapa que conduce a la felicidad por el camino hacia Dios. No son para esclavizarnos.

Evitemos pues encontrarnos en posición o situación de pecado, evitemos el adulterio y la idolatría, y vivamos con pleno gusto los 10 mandatos para llegar hasta Dios.

Dichoso el que cumple la voluntad del SeñorAmén.